Un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió sobre los riesgos "agudos" del sistema financiero mundial y dijo que los bancos más débiles se enfrentan a una mayor presión si los bancos centrales siguen subiendo las tasas para combatir la inflación.

En una entrevista concedida al Financial Times, Tobias Adrian, director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capitales del FMI, adoptó un tono pesimista tras el peor episodio de turbulencias bancarias desde la crisis financiera de 2008. El mes pasado quebraron tres bancos estadounidenses y Credit Suisse fue vendido a UBS.

Al FMI le preocupa que este año la inflación no descienda con la rapidez prevista, lo que obligaría a los bancos centrales a endurecer aún más la política monetaria y dejaría al descubierto nuevas debilidades del sistema financiero.

"El sistema financiero está siendo puesto a prueba por las tensiones que está desencadenando el endurecimiento de la política monetaria", dijo Adrian. "El riesgo de cara al futuro es que la situación pueda crear más factores de tensión para el sistema financiero".

Los comentarios de Adrian se produjeron mientras el FMI publicaba su último Informe sobre la estabilidad financiera mundial, en el que advertía de que los riesgos financieros habían "aumentado rápidamente" desde su última actualización en octubre. Adrian describió esos riesgos como "agudos en este momento".

En el informe, el FMI afirma que los cambios normativos aplicados desde la crisis de 2008 "han hecho que el sistema financiero sea en general más resistente", pero afirma que existe una "cuestión fundamental" sobre si las recientes turbulencias bancarias son un "presagio de más tensiones sistémicas".

A la pregunta de si las turbulencias se habían contenido, Adrian respondió que "hasta ahora han terminado bien, pero siguen existiendo vulnerabilidades significativas".

Adrian enumeró varios riesgos para los bancos, entre ellos las pérdidas no realizadas en tenencias de bonos, que han aumentado en consonancia con las subas de tasas, así como los mayores costos de financiación. Estos costos aumentarían aún más en caso de "sorpresas al alza" para la inflación y las tasas de interés, dijo.

"Cuando se hace un corte trasversal de los bancos, hay algunos muy, muy fuertes, pero también hay algunos débiles [que son] vulnerables a nuevos shocks".

Según las estimaciones del FMI, casi el 9% de los bancos estadounidenses con activos de entre u$s 10.000 millones y u$s 300.000 millones incumplirían los requisitos de capital si tuvieran que contabilizar íntegramente las pérdidas no realizadas de los valores que tienen previsto mantener hasta su vencimiento, además de los que tienen previsto vender antes.

"Esto sugiere que los riesgos provocados por las tasas de interés podrían intensificarse para algunos bancos pequeños si se mantuvieran más altas durante más tiempo y si estos se vieran obligados a vender los valores para obtener liquidez", escribieron los autores del informe del FMI.

En el informe, el FMI también señala la vulnerabilidad del sector financiero no bancario, que incluye hedge funds, fondos de pensiones, aseguradoras y otros gestores de activos.

Adrian señaló como ejemplo del peligro acechante en el sector no bancario las turbulencias que se apoderaron del sector de pensiones británico el año pasado, tras la fallida publicación del presupuesto por parte del gobierno.

El Banco de Inglaterra se vio obligado a intervenir para frenar el contagio, un hecho que Adrian calificó de "llamada de atención". También señaló que el hundimiento del family office Archegos Capital Management en 2021 había generado pérdidas superiores a u$s 10.000 millones para algunos de los mayores bancos del mundo.

"Hay mucha opacidad en las entidades no bancarias. La magnitud total del riesgo es a veces difícil de entender".

Los bancos centrales que se han centrado sobre todo en luchar contra la inflación deben ahora considerar también los efectos de una política monetaria más restrictiva sobre el sistema financiero en general.

Adrian afirmó que las autoridades monetarias habían tenido "bastante éxito a la hora de separar los objetivos de estabilidad financiera de los de estabilidad de precios".

"Sin embargo, hay escenarios de graves crisis financieras [y] severo estrés sistémico en los que esta clara división es mucho más tenue".