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¿Regulación o competencia?: cuál de las dos tácticas que usan los bancos centrales para lidiar con las criptomonedas prevalecerá

Mientras desde Basilea piden normas más firmes, un país como El Salvador anunció que convertiría el bitcoin en moneda de curso legal.

El dilema que enfrentan los bancos centrales sobre cómo abordar el mercado mundial de criptomonedas se ha hecho patente en los últimos días con dos anuncios muy diferentes.

El jueves pasado, el regulador mundial Comité de Supervisión Bancaria de Basilea dijo que las criptomonedas son algunos de los activos más riesgosos del mundo, y pidió una normativa más firme en materia de capital y una supervisión más estricta de las tenencias de los inversores.

Sin embargo, El Salvador había anunciado un día antes que convertiría el bitcoin en moneda de curso legal, el primer país del mundo en hacerlo.

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Los reguladores y los bancos centrales están luchando por el control del sistema monetario a medida que las criptomonedas se convierten en un reto cada vez mayor para las monedas fiduciarias, conforme amenazan con debilitar las palancas que utilizan los responsables políticos para controlar el funcionamiento de sus economías.

"No es de extrañar que los gobiernos no estén dispuestos a renunciar a sus monopolios monetarios", dijo Marion Laboure, analista de Deutsche Bank. "Conforme las criptomonedas empiecen a competir seriamente con las monedas regulares y las monedas fiduciarias, los reguladores y los responsables políticos tomarán medidas enérgicas".

En general, existen dos opciones: regulación y competencia. La mayoría de los países avanzan lentamente hacia un enfoque combinado de endurecimiento de la supervisión de las criptomonedas y sistemas de pago privados, al tiempo que desarrollan monedas digitales respaldadas por los bancos centrales.

La Unión Europa (UE) estableció un régimen de supervisión de los mercados de criptomonedas en septiembre del año pasado y los reguladores nacionales del bloque también han tomado medidas. Por ejemplo, la alemana BaFin se ha opuesto a los intentos de la bolsa de criptomonedas Binance de emitir tokens digitales que imitan los valores tradicionales más controlados.

Los reguladores de otros lugares también se están poniendo en marcha. En mayo, el Banco Popular de China intensificó sus medidas enérgicas, que ya lleva varios años aplicando, contra las criptomonedas, diciendo que las instituciones financieras no deberían aceptarlas como pago ni ofrecer servicios relacionados con ellas.

China, que en su momento representó la mayor parte del comercio de bitcoins a nivel mundial, tomó medidas por primera vez para cerrar los intercambios de criptomonedas en 2017. El mes pasado también hubo indicios de una mayor presión sobre la minería de monedas virtuales, cuando la provincia de Mongolia Interior estableció una línea de atención telefónica a la que los ciudadanos podían denunciar presuntas granjas de criptomonedas.

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Después de un comienzo más lento, los reguladores estadounidenses también están mostrando señales de una inclinación a adoptar un enfoque más firme hacia el bitcoin y las demás criptomonedas, aunque hay desavenencias sobre el alcance de las medidas.

Hester Peirce, miembro de alto rango de la Comisión de Valores y Bolsa, advirtió recientemente sobre los requisitos reglamentarios excesivamente estrictos para los mercados de criptomonedas. Sus observaciones contrastan con los llamamientos del nuevo comisario Gary Gensler para someterlos a una mayor supervisión.

Mientras tanto, muchos bancos centrales están adoptando la tecnología que hay detrás de las criptomonedas con la intención de competir con las monedas existentes. Casi el 90% de los bancos centrales del mundo han lanzado proyectos de emisión de monedas digitales, según el Banco de Pagos Internacionales (BPI), y probablemente muchos "emitan las primeras monedas digitales de bancos centrales en los próximos años".

Los beneficios potenciales incluyen abaratar y agilizar los pagos transfronterizos y darles acceso al sistema monetario a todos los individuos, en lugar de dividir el mundo entre quienes tienen cuentas bancarias y quienes están no bancarizados. Las monedas digitales nacionales también podrían dar pie a una reorganización de las monedas más dominantes del mundo.

"Una iniciativa importante para introducir monedas digitales de bancos centrales realmente podría producir una disrupción del sistema financiero", dijo Chetan Ahya, analista de Morgan Stanley, en una nota de investigación.

Pero la apuesta corre el riesgo de desencadenar una feroz disputa sobre la privacidad de los datos porque las monedas digitales gestionadas oficialmente podrían otorgarles un poder sin precedentes a los responsables políticos.

A diferencia de las criptomonedas, que funcionan en sistemas descentralizados, las monedas digitales de bancos centrales serían emitidas, respaldadas y controladas por los bancos nacionales, lo que les daría la capacidad de pagar dinero directamente a los individuos. Esto les permitiría a los bancos centrales y a los gobiernos nacionales controlar cada transacción y mantener un registro de todos los movimientos de dinero en sus economías.

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"Una revolución de la moneda digital podría ir en dos direcciones: una sería un triunfo de la descentralización y las fuerzas del mercado y la otra un triunfo de la centralización y la supervisión gubernamental de cada transacción", le dijo Randall Kroszner, de la Facultad de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, al Financial Times.

También podría alterar otras relaciones económicas. El vicegobernador del Banco de Inglaterra, Sir Jon Cunliffe, dijo recientemente que una libra digital les permitiría a los padres programar el dinero para gastos de sus hijos para que no puedan comprarse golosinas, lo que ilustra los poderes potenciales de la "britcoin" prevista en el Reino Unido.

China, Suecia y Bahamas son los líderes mundiales en los esfuerzos por desarrollar criptomonedas nacionales. China ya ha puesto en marcha pruebas en vivo de su renminbi digital en las que millones de personas que la utilizan actualmente como un experimento.

Tras un comienzo más lento, los bancos centrales de Estados Unidos, Europa y el Reino Unido también están respondiendo. El Banco Central Europeo (BCE) concluyó recientemente una consulta pública sobre un euro digital y tomará una decisión sobre si se avanza en la fase de investigación formal a finales de este verano (boreal).

El mes pasado, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jay Powell, describió sus planes para evaluar las perspectivas de una versión digital del dólar, aunque dijo que este verano boreal se llevaría a cabo un "proceso reflexivo y deliberativo" antes de asumir cualquier compromiso firme.

Esto pone a los responsables políticos y a los reguladores en una carrera contrarreloj para lidiar con las cuestiones éticas involucradas, conforme crece rápidamente el papel económico de las criptomonedas gestionadas de forma privada.

"El dilema que enfrenta la sociedad es: ¿realmente queremos que un banco central lo sepa todo sobre nuestra vida financiera?", dijo Eswar Prasad, de la Universidad Cornell. "La ironía es que la revolución desencadenada por el bitcoin podría ser el fin de la privacidad financiera".

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