Coronavirus: el riesgo económico de una reacción exagerada

Hay estudios que indican que el efecto del cierre de escuelas y el "ausentismo profiláctico" -es decir, quedarse en casa para evitar el contagio- es lo que explica la mayor parte del impacto económico.

A la hora de abordar los efectos económicos y comerciales de una pandemia viral, la respuesta cuesta más que la enfermedad. Esa es la clara lección que dejan las investigaciones sobre el impacto económico del brote de Sars en 2003, lo más parecido que tenemos hoy al coronavirus.

Pero como desde entonces aumentaron los viajes internacionales, se amplió la participación femenina en la fuerza laboral y la difusión de información es más rápida, el impacto económico de una pandemia no sería el mismo.

Las investigaciones sugieren que el impacto económico del virus podría ser grande, aunque termine siendo relativamente leve.

Marcus Keogh-Brown y Richard Smith, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, publicaron una serie de documentos en los que se analizan los efectos económicos de una pandemia de gripe. En sus estudios, el efecto del cierre de escuelas y del "ausentismo profiláctico" -es decir, no salir de casa- explica la mayor parte del impacto económico.

En una pandemia en el Reino Unido con una tasa de mortalidad baja del 0,4% de los casos, el impacto económico directo oscila entre el 0,5% y el 1% del PBI, dependiendo de si la enfermedad afecta al 25% o al 50% de la población. Sin embargo, si se atenúa el virus con cuatro semanas de cierre de escuelas, el efecto económico se duplica o triplica, acercándose al 2% del PBI, debido a que disminuye la oferta de mano de obra de los padres que deben cuidar a sus hijos en lugar de trabajar. Los autores sugieren no cerrar escuelas de manera prolongada en caso de pandemia leve, porque podrían "multiplicar el impacto económico de la enfermedad".

Pero un escenario más extremo, los argumentos que justifican mantener cerrados los colegios son más sólidos. El impacto económico relativo de la suspensión de las clases disminuye a medida que la enfermedad se agrava, señalan las investigaciones. En el escenario más grave, con una tasa de mortalidad similar a la del sarampión de 10%, el efecto económico se eleva a 9,6% del PBI, y el cierre de escuelas sólo agregaría 0,7% a ese costo.

Milan Brahmbhatt y Arindam Dutta del Banco Mundial estudiaron el Sars y comprobaron que el impacto económico fue exagerado en relación con la gravedad real del brote de la enfermedad. El virus que en 2003 causó menos de 800 muertes le costó a China alrededor de 0,5 puntos porcentuales de la producción.

"Los principales efectos económicos provienen de las medidas descoordinadas y a veces de pánico que toman millones de particulares para evitar contagiarse, por ejemplo, huyendo de la zona de un brote o reduciendo el contactos con otras personas", señalan.

Los costos de una población confinada en sus hogares son evidentes en China, donde tiendas, restaurantes, fábricas y oficinas mantuvieron sus puertas cerradas durante semanas en un intento por detener la propagación del coronavirus. Hay una carrera contra el tiempo, no sólo para desarrollar una vacuna, sino para comprender la naturaleza del virus, para que las autoridades puedan decidir si vale la pena asumir el alto costo de atenuar la propagación del coronavirus.

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