Rusia, EE.UU., China: quién gana la disputa por las campañas de vacunación en Latinoamérica
Las compañías del gigante asiático entregaron la mitad de las 143,5 millones de dosis que recibieron las 10 naciones más grandes de la región. AstraZeneca y Pfizer juntas, entregaron 59 millones. Rusia envió 8,7 millones de vacunas Sputnik, mayormente a Argentina.
Las vacunas chinas dominan las campañas de vacunación en América latina, la región más afectada por el coronavirus. Se trata de una gran victoria de Beijing basada en su "diplomacia de los barbijos".
Mientras América latina combate la tercera ola mortal de la pandemia, China lleva despachadas más de la mitad de las 143,5 millones de dosis de vacunas que recibieron las 10 naciones más pobladas de la región, según un análisis de Financial Times basado en los datos proporcionados por los gobiernos.
Las compañías chinas, encabezadas por Sinovac, que tiene su casa matriz en Beijing, hasta ahora suministraron a esas 10 naciones unas 75,8 millones de dosis terminadas o componentes clave para elaborar las dosis.
Los dos principales proveedores occidentales de Latinoamérica, AstraZeneca y Pfizer, han entregado 59 millones de dosis en total; algunas vacunas AstraZeneca fueron distribuidas a través del mecanismo de Covax de la Organización Mundial de la Salud.
Rusia, a pesar del considerable ruido diplomático en torno a sus esfuerzos en materia de vacunas, sólo entregó 8,7 millones de dosis de su Sputnik, mayormente a Argentina.
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Los fabricantes estadounidenses firmaron acuerdos para en el futuro suministrar vacunas a naciones latinoamericanas, pero hasta el momento las únicas entregas considerables a los 10 países más grandes de la región son las de Pfizer, que ha distribuido 19,5 millones de dosis, según los datos.
"Hay más vacunas chinas aplicadas en América latina y en algunas otras naciones en desarrollo", dijo Clare Wenham, profesora adjunta de política sanitaria mundial en la London School of Economics.
"Esto refleja las tendencias en la salud mundial, donde estamos viendo un mayor dominio de China como potencia sanitaria", agregó.
El dominio chino sería probablemente aún mayor si no fuera por la reciente disminución de las entregas a Brasil, el mayor comprador de vacunas de la región. Ese menor suministro se observó después de que el presidente Jair Bolsonaro y el ministro de Economía Paulo Guedes hicieran comentarios negativos sobre Beijing, lo que desató la sospecha de que China los está castigando.
¿Contra quién pelea Bolsonaro?
El Instituto Butantan, que envasa y termina la vacuna china CoronaVac en Brasil, informó que el suministro podría agotarse esta semana debido a la escasez de componentes esenciales provenientes de China. "Nuestra sensación es que hay dificultad, una burocracia que está siendo más lenta de lo habitual con autorizaciones de volúmenes muy bajos", dijo su director Dimas Covas.
Bolsonaro dijo esta semana pasada que "nadie sabe si [el coronavirus] nació en el laboratorio o porque un ser humano [que] ingirió un animal inadecuado. Pero está ahí". Los militares saben lo que es la guerra química, bacteriológica y radiológica. ¿No estamos ante una nueva guerra? ¿Qué país tuvo el mayor crecimiento del PBI?".
Los funcionarios latinoamericanos recurrieron a Estados Unidos, la histórica potencia de la región, para que les brinde más ayuda. En marzo, el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, pidió al presidente Joe Biden que liberara las reservas estadounidenses de la vacuna de AstraZeneca.
"Presidente @JoeBiden, los países menos desarrollados y aliados tradicionales de EE.UU., como República Dominicana, han aprobado la vacuna de AstraZeneca y la necesitamos con urgencia", escribió en Twitter.
El ministro de Asuntos Exteriores de Paraguay, que tiene dificultades para acceder a las vacunas chinas porque mantiene plenas relaciones diplomáticas con Taiwán, a fines de marzo imploró a EE.UU. que acudiera a su rescate ante el aumento de su número de casos de Covid-19. "¿De qué sirve la fraternidad si ahora no nos dan una respuesta?" preguntó Euclides Acevedo.
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Antony Blinken, Secretario de Estado de EE.UU., dijo la semana pasada en la Conferencia anual de Washington sobre las Américas que el gobierno norteamericano había compartido 4 millones de dosis de vacunas con Canadá y México y que compartirá otras 60 millones de dosis en los próximos dos meses, aunque no dijo con qué países.
Destacó el aporte de u$s 2000 millones que hizo EE.UU. a la Facilidad Covax, que ha suministrado hasta ahora 6,5 millones de dosis a Latinoamérica, y su promesa de contribuir con otros u$s 2000 millones.
Sin embargo, el ofrecimiento estadounidense de compartir vacunas y las entregas de Covax parecen escasas frente a la enorme demanda entre los 650 millones de habitantes de América latina y el Caribe. Las tres naciones latinoamericanas más pobladas -Brasil, México y Colombia- se encuentran entre los países más afectados del mundo por el último rebrote del virus.
Los ciudadanos más ricos viajan hasta Estados Unidos para vacunarse en ciudades como Miami, mientras que los pobres esperan a que se les administre la vacuna en programas gubernamentales que se ven obstaculizados por la escasez de suministros.
Las tasas de vacunación en toda América latina han sido inferiores a las de Estados Unidos y Europa, con la notable excepción de Chile.
El dinero no es el problema. Los gobiernos latinoamericanos pueden pagar las vacunas que necesitan. Pero están en desventaja con respecto a EE.UU. y Europa porque la mayor parte de su capacidad para fabricar vacunas desde cero fue eliminada en las últimas décadas y se trasladó a lugares asiáticos de menores costos.
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También debe depender de las escasas importaciones de los ingredientes farmacéuticos activos (API). Brasil, México y Argentina tienen proyectos en marcha para reconstruir la capacidad nacional de fabricación o acabado de vacunas.
"China lleva mucho tiempo tratando de mejorar su diplomacia blanda en la región, y el Covid ha brindado la oportunidad de que vean al país con buenos ojos en un momento de gran necesidad", dijo Jason Marczak, director del Centro para América latina de Atlantic Council.
"EE.UU. tiene la oportunidad de superar a China y recuperar nuestro equilibrio... pero necesita conseguir dosis para Latinoamérica lo antes posible", agregó.
El Departamento de Estado de EE.UU. dijo que el gobierno de Biden está trabajando en planes para compartir las dosis de vacunas de AstraZeneca cuando estén disponibles. "No hay dosis de AstraZeneca para compartir en este momento", dijo.
Traducción: Mariana Oriolo
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