¿Cómo puede un inversor hacer observaciones útiles sobre la situación de los mercados? La mayoría de las veces, los mercados se sitúan en un punto medio, quizá un poco altos o un poco bajos, pero no tan extremos como para poder sacar conclusiones confiables.
El historial de éxito de los inversores en este tipo de mercados es pobre. Aunque tengan razón en que los precios de los activos no se ajustan a las valoraciones fundamentales, es muy fácil que algo que está un poco sobrevalorado pase a estarlo más de forma demostrable y se convierta en una burbuja, y viceversa.
Sin embargo, de vez en cuando, los mercados suben o bajan tanto que el argumento para actuar es convincente y la probabilidad de acertar es alta. Cuando los mercados se encuentran en estos extremos, la clave para generar rendimientos de inversión superiores en el futuro reside en comprender qué es lo que provoca las condiciones actuales.
Todo el mundo puede estudiar economía, finanzas y contabilidad y aprender cómo se supone que funcionan los mercados. Pero los mejores resultados de inversión se obtienen explotando las diferencias entre cómo se supone que funcionan las cosas y cómo lo hacen realmente en el mundo real.
Para ello, lo esencial no son los datos económicos ni el análisis de los estados financieros. La clave reside en comprender la psicología predominante del inversor, o lo que a mí me gusta llamar "tomar la temperatura del mercado". He aquí lo que considero los componentes más esenciales:
- Los inversores deberían aprender a reconocer las pautas del mercado. Estudie la historia del mercado para comprender mejor las implicaciones de los acontecimientos actuales. Irónicamente, la psicología del inversor y los ciclos del mercado, que a corto plazo parecen volubles e impredecibles, fluctúan de un modo que se asemeja más a patrones regulares cuando se consideran a largo plazo (aunque con una causalidad altamente variable, timing y amplitud).

- Comprender que los ciclos se derivan de excesos y correcciones. Defino los ciclos no como una serie de movimientos al alza y a la baja, cada uno de los cuales precede regularmente al siguiente, sino más bien como una serie de acontecimientos, cada uno de los cuales causa el siguiente. Creo que las economías, la psicología de los inversores y los mercados terminan por volverse demasiado positivos o demasiado negativos, y después acaban oscilando de nuevo hacia la moderación (y luego, por lo general, hacia el exceso en la dirección opuesta). Así pues, es más probable que a un fuerte movimiento en una dirección le siga una corrección en la dirección opuesta que una tendencia que 'crezca hasta el cielo'.
- Estar atentos a los momentos en que la mayoría de la gente es tan optimista que piensa que las cosas sólo pueden ir mejor, una expresión que suele servir para justificar la peligrosa opinión de que "no hay precio demasiado alto". Del mismo modo, reconozca cuándo la gente está tan deprimida que concluye que las cosas sólo pueden ir peor, ya que esto suele significar que piensan que una venta a cualquier precio es una buena venta. Cuando el pensamiento del rebaño es optimista o apocalíptico, aumentan las probabilidades de que el nivel y la dirección actuales de los precios sean inadecuados.
- Recuerden que en tiempos extremos, el secreto para ganar dinero no está en el conformismo. Cuando los inversores emocionales adoptan una visión extrema del futuro de un activo y, como resultado, llevan el precio a niveles injustificados, el 'dinero fácil' suele hacerse haciendo lo contrario. Sin embargo, esto es muy diferente de simplemente diferir del consenso todo el tiempo. La mayoría de la veces, el consenso es lo más cercano a lo correcto que se puede conseguir. Por tanto, para tener éxito hay que entender (a) lo que hace el rebaño; (b) por qué lo hace; (c) qué está mal; (d) qué debería hacerse en su lugar.
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- Hay que tener en cuenta que gran parte de lo que ocurre en las economías y los mercados no es resultado de un proceso mecánico, sino del vaivén de las emociones de los inversores. Tomen nota de los vaivenes y capitalícelos siempre que sea posible.
- Resistir la propia emocionalidad. Aléjense de la multitud y de su psicología, no se unan a ella.
- Estar atento a las propuestas ilógicas. Cuando encuentren una propuesta ampliamente aceptada que no tenga sentido o que le parezca demasiado buena para ser cierta (o demasiado mala para ser cierta), tome las medidas oportunas.
Creo que cada inversor debería operar la mayor parte del tiempo en su postura de riesgo normal: el
equilibrio entre la agresividad y una postura defensiva
que sea adecuado para cada uno. Creo que los inversores deben abordar las decisiones de mercado con gran humildad, desviándose de sus hipótesis neutrales sobre el futuro y de su posicionamiento normal sólo cuando las circunstancias no les dejen otra opción.



