EL PRESIDENTE ERDOGAN NO EST DISPUESTO A CEDER EN LAS DISPUTAS DIPLOM TICAS CON OCCIDENTE

Turquía busca nuevas alianzas para contener el derrumbe de su moneda

Sin embargo, China, Qatar y Rusia no cuentan con la capacidad financiera suficiente ni con la voluntad de rescatar a Ankara, aseguran los analistas

Recep Tayyip Erdogan ha demostrado una y otra vez que está dispuesto a ceder en las disputas diplomáticas cuando las circunstancias lo han requerido. En las últimas semanas su enfrentamiento con Donald Trump, el cual ha causado estragos en la lira turca, llevó a muchos analistas a predecir que la necesidad económica alentaría al presidente turco a asumir nuevamente una actitud pragmática. Pero dada la constante resistencia de Erdogan, hay temor de que esta vez pueda ser diferente.

Incluso después de una dolorosa semana en la que la moneda perdió una quinta parte de su valor frente al dólar, lo cual presionó a las compañías y bancos turcos, Erdogan no suavizó su postura. Citando al poeta nacional Nazim Hikmet, el presidente afirmó en una reunión de funcionarios del partido gobernante en Trabzon el domingo que "este país es nuestro" y prometió que la nación no se "doblegará" ante ningún adversario extranjero.

Algunos observadores sostienen que, dado que Turquía tiene que atraer financiamiento externo por más de $200.000 millones al año para mantener su economía a flote, Erdogan no tendrá más remedio que finalmente ceder, accediendo a la exigencia de Trump de liberar a un pastor estadounidense detenido, además de anunciar un paquete de medidas destinadas a tranquilizar a los inversores. Pero el presidente turco podría tratar de recurrir a Rusia, Qatar o China en busca de apoyo, aflojando aún más los lazos ya debilitados entre un miembro de la OTAN de gran valor estratégico y el Occidente.

Erdogan escribió en el New York Times y le advirtió a Washington que tenía que dejar de ver a Turquía como un socio menor, o "aceptar el hecho de que Turquía tiene alternativas".

Las tensiones entre Turquía y el Occidente se han intensificado en los últimos años, período en que Erdogan, cuyo partido gobernante llegó al poder en 2002, empezó a recibir acusaciones por su creciente autoritarismo. Debido a las peleas con países de la UE y EE.UU., Turquía se ha visto obligada a cooperar más estrechamente con Rusia. La decisión de Ankara de comprar un sistema de defensa antiaérea S-400 de Moscú se ha convertido en una fuente clave de la ira de Washington hacia Turquía.

Ayer el canciller ruso, Sergei Lavrov, viajó a la capital turca para asistir a dos días de reuniones. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia informó que las conversaciones se centrarán en el conflicto en Siria y la inestabilidad regional, pero agregó que además abordarán la profundización de la relación económica entre los dos países.

Turquía también ha buscado el apoyo de China. Berat Albayrak, ministro de Finanzas y yerno de Erdogan, anunció que el ICBC de China brindará un paquete de préstamos de u$s 3600 millones para el sector de energía y transporte.

Qatar es otra opción. Turquía se ha convertido en un aliado cada vez más importante de la nación del Golfo, donde tiene una base militar y ha fortalecido los lazos económicos desde que Arabia Saudita y otros tres estados árabes impusieron un embargo.

Tim Ash, un analista de BlueBay Asset Management, se mostró escéptico de las posibilidades que tiene Turquía de encontrar el apoyo que necesita de los países no occidentales. "Los turcos necesitan decenas de miles de millones de dólares", dijo. "Si se tratara de un programa del FMI, probablemente estaríamos hablando de una cantidad entre u$s 20.000 y 40.000 millones". Afirmó que "Rusia tiene sus propios problemas" con las sanciones estadounidenses, mientras que China probablemente ejercería cautela frente a la posibilidad de incomodar a EE.UU., y Qatar no podría brindar suficiente apoyo por sí solo.

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