HAY OPTIMISMO INCLUSO DESPUÉS DE DOS AÑOS CONSECUTIVOS CON BUEN DESEMPEÑO

Se abre en 2018 un brillante panorama para las acciones de los bancos de EE.UU.

Las entidades están subiendo las tasas de interés para los tomadores de crédito pero no para los ahorristas, lo que debería agradar a los accionistas

JPMorgan Chase no esperó. Minutos después de que la Reserva Federal anunció que elevaría las tasas un cuarto de punto a mediados de diciembre pasado, el banco más grande de Estados Unidos en términos de activos informó que haría lo mismo con su principal tasa de préstamo, que entonces estaba en 4,25%. Millones de titulares de tarjetas de crédito y pequeñas empresas tomadoras de crédito pagarían otros 25 puntos básicos en intereses a partir de la siguiente semana.

Pero, ¿los ahorristas recibirían también un beneficio automático a través de mayores tasas sobre sus depósitos? No. Las tasas para los ahorristas no tendrán cambios, confirmó un vocero de JPMorgan.

Esa capacidad de ganar más sobre los activos, mientras se fija un tope al costo de las obligaciones con los depositantes, debería mantener contentos a los accionistas de los bancos norteamericanos este año. Los analistas e inversores sostienen que, incluso después de dos años consecutivos con buen desempeño, el panorama para las acciones de bancos sigue siendo brillante.

En 2016 los bancos similares a JPMorgan, Bank of America y Citigroup ignoraron los años de bajos retornos posteriores a la crisis y superaron a la mayoría de los puntos de referencia impulsados por las perspectivas de tasas de interés más altas, impuestos más bajos y menor regulación bajo el nuevo régimen del presidente Donald Trump. En 2017 a las grandes entidades les fue bien debido a que las tres subas de tasas de la Fed mejoraron los márgenes de interés netos, o la diferencia entre el rendimiento sobre los activos de los bancos y las tasas que pagan para tomar dinero prestado.

Según Jason Goldberg, analista de Barclays, el costo promedio de los depósitos en los grandes bancos subió 17 puntos básicos en los últimos dos años hasta fines del tercer trimestre de 2017, lo que implica que trasladaron sólo 17% del incremento de 100 puntos básicos en las tasas de fondos federales durante ese período. Durante el último ciclo de subas de tasas de la Fed, el promedio fue cercano a 60%.

Muchos gestores de fondos están dispuestos a apostar a que se vienen más alzas en los precios de las acciones, especialmente si los bancos pueden mantener bajo su costo de los fondos, y si las principales agencias regulatorias responden a la orden de la Casa Blanca de suavizar las normas impuestas en la era Obama.

El recorte de impuestos también ayudará, particularmente dará un importante impulso a los bancos como Wells Fargo y US Bancorp. Y si suben los ingresos provenientes de los mercados de capitales después de un año relativamente monótono, y si el crecimiento de los préstamos empieza a acelerarse, mucho mejor.

Es por eso que las valuaciones podrían tener algún margen para subir. El índice de bancos KBW está cotizando a 1,5 veces el valor libros, el nivel más alto en más de una década, comparado con aproximadamente 1 vez antes de Trump. Pero el S&P 500 se ubica en 3,3 veces y la brecha entre los dos índices está cerca de ser récord.

"Ha sido una linda racha (para las acciones de bancos), pero creemos que el telón de fondo sigue siendo favorable", dijo Tom Bergeron, gestor de fondos de Frost Investment Advisors en San Antonio, Texas, que administra activos por u$s 3700 millones. Mantiene una posición sobreinvertida en bancos y particularmente en BoFA el más sensible a las alzas de las tasas de interés. Otros se concentran en acciones que, por una razón u otra, no participaron de la gran recuperación del año pasado. Otro ejemplo es Goldman Sachs, uno de los "fracasos" de 2017, según Michael Farr, presidente de Farr, Miller & Washington, gestora de carteras con activos administrados por u$s 1400 millones. Varios trimestres de cifras pinchadas provenientes de la unidad de trading de renta fija hicieron que la acción de Goldman quede rezagada respecto de sus pares durante todo el año. Apenas subió 7%, poco comparado con BofA (34%) o Morgan Stanley (25%).

Goldman podría estar en condiciones de tener un mejor desempeño en 2018, sostiene Farr, especialmente si la Oficina norteamericana de Contralor de la Moneda y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos asumen una visión más generosa a la hora de interpretar y hacer cumplir la regla Volcker de la era Obama, que prohibe las operaciones por cuenta propia. La Fed también puede hacer cambios en sus pruebas anuales de resistencia bancaria para permitir a Goldman y otras entidades a devolver más capital mediante el pago de dividendos y recompras de acciones.

"No volverán los días de apalancamiento salvaje, pero un poco más ayuda", dijo Farr, para quien Goldman es una de las diez acciones a elegir este año.

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