ES EL GIRO M S PROFUNDO HACIA LA DERECHA DESDE LA ÉPOCA DE LA DICTADURA MILITAR

Nueva generación de políticos intenta introducir el libre mercado en Brasil

El antiguo modelo económico recibe fuertes críticas. Los partidos con inclinación liberal también obtuvieron buenos resultados en la elección de octubre

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A los inversores les alegró escuchar a Jair Bolsonaro decir en su asunción presidencial que Brasil se "liberará del socialismo", un sentimiento que rápidamente repitió su ministro de finanzas, Paulo Guedes, cuando afirmó que el país necesita "más Brasil, menos Brasilia".

El entusiasmo ante este credo liberal fue tal que, incluso mientras caían los mercados globales, los activos brasileños se dispararon y comenzaron el año como uno de los mercados bursátiles con mejor desempeño.

Esas palabras también impulsaron a los partidos liberales y libertarios emergentes del país. Considerados desde hace mucho tiempo en un Brasil socialdemócrata como movimientos marginales y excéntricos, han aprovechado el éxito electoral de Bolsonaro, un conservador más tradicional, para convertirse en una importante fuerza política.

"Estamos totalmente alineados con el plan económico liberal del gobierno", dijo Romeu Zema, el nuevo gobernador electo del estado de Minas Gerais y miembro del Partido Nuevo, o NOVO.

Brasil es famosa por sus políticas socioliberales de las últimas décadas, una tendencia que Bolsonaro, conocido por sus comentarios homofóbicos y en ocasiones racistas y misóginos, dijo que quiere revertir. Pero en el ámbito de la economía, Brasil se ha inclinado tradicionalmente hacia políticas estatistas, en especial durante los últimos 14 años de gobierno de izquierda del Partido de los Trabajadores.

Por lo tanto, los partidos como NOVO que defienden el libre mercado son parte de un cambio tectónico que ha sacudido la política brasileña. NOVO "quiere reducir el Estado y brindar eficiencia a la maquinaria pública", explicó Guilherme Fuertes, estudiante de derecho de 22 años.

Lanzado hace tres años por el banquero JoÒo Amoêdo, NOVO pasó de sólo tener cuatro miembros en concejos municipales a obtener ocho bancas en el Congreso. Amoêdo, que fue candidato presidencial, ganó 2,7 millones de votos, el doble que la famosa ambientalista Marina Silva.

Los partidos con una inclinación liberal similar también obtuvieron buenos resultados en la elección de octubre, lo que es considerado el giro más profundo hacia la derecha que se ha visto en Brasil desde la época de la dictadura militar. El partido Demócratas (DEM) de centroderecha tiene 27 escaños en el Congreso y seis senadores.

Con más de 30 partidos representados en el nuevo Congreso de Brasil, los partidos como NOVO y DEM serán importantes para Bolsonaro, que debe formar coaliciones para poder implementar sus reformas.

Pero prometen ser agrupaciones difíciles de manejar. Junto a los liberales clásicos se encuentran evangélicos que predican valores familiares, partidos de "hombres fuertes", ganaderos y conservadores aislacionistas.

Bolsonaro ya ha elegido miembros del partido DEM para ocupar los cargos de jefe de gabinete y ministro de Agricultura. Designó a Salim Mattar, afiliado al partido NOVO y fundador de la empresa de alquiler de automóviles Localiza, como responsable de las privatizaciones, y a Ricardo Salles, un abogado pro negocios, como ministro del Medio Ambiente, pese a que el presidente brasileño dijo que cambio climático no es una prioridad.

El partido Social Liberal de Bolsonaro obtuvo 52 bancas en el Congreso.

La peor recesión de Brasil fue un factor importante en el ascenso de este partido poco conocido, además del enojo de los brasileños con los escándalos de corrupción del gobierno anterior y el posterior rechazo del establishment político por parte del electorado. Eso allanó el camino para políticos marginales como Bolsonaro.

Zema de Minas Gerais es uno de esos outsiders. Empresario sin experiencia política, entró en la política después de que la brutal recesión de 2015-16 lo obligó a despedir a un tercio de sus empleados. "Entonces decidí ser parte de NOVO, que tiene ideas económicas liberales, ideas que le harán bien a Brasil", dijo.

Los contrarrevolucionarios más radicales, como Kim Kataguiri, de 22 años, también desempeñaron un papel en el ascenso de Bolsonaro. Hace cuatro años mientras era estudiante de derecho, Kataguiri actualmente es legislador por DEM ayudó a iniciar un movimiento estilo "Tea Party" llamado Movimiento Brasil Libre (MBL).

A través de medios sociales y manifestaciones, pidió la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff del PT y la prisión de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, por cargos de corrupción.

Aún no se sabe si estos partidos podrán reformar el abultado Estado de Brasil, o frenar los instintos más intolerantes de Bolsonaro. Hay tantos nuevos rostros políticos de derecha que tal vez enfrenten dificultades para mantener "bajo control" a Bolsonaro, dijo Malu Gatto, profesor asistente de política latinoamericana en la UCL.

Kataguiri, que concuerda con los planes económicos de Guedes, teme que el presidente tal vez tenga una innata visión estatista, como lo demuestra su historial de votos en el Congreso. "Guedes comparte nuestra visión", dijo. "Bolsonaro es más proteccionista".

Rogério Checker, miembro de NOVO y líder del "Vem Pra Rua" (Vamos a la Calle) que también organizó protestas masivas en contra de Rousseff, tiene más esperanzas. Ve a Bolsonaro como un catalizador para el cambio: "Si continuamos con este nivel de compromiso público, la vieja política seguirá perdiendo espacio", dijo.

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