Las acciones chinas cambian el mapa de inversiones en mercados emergentes

Los fondos decidieron no seguir ignorando la expansión de la plaza interna del gigante asiático

Una de las compañías chinas favoritas a nivel mundial en este momento -al menos para los inversores institucionales- es Hangzhou Hikvision, una empresa con control estatal proveedora de equipos de seguridad. Incluida entre las denominadas acciones chinas clase A que cotizan en yuanes en los mercados de Shanghai y Shenzhen, Hikvision es una de las acciones seleccionadas para su inclusión en el índice MSCI Emerging Markets a partir del 1 de junio, lo que obliga a que gestores de activos de todo el mundo consideren la posibilidad de invertir en ellas.

 

El atractivo de Hikvision empresa de un sector en auge respaldada por el gobierno de un país autoritario parece obvia, pero las otras dos acciones clase A elegidas también son reveladoras. Una es una compañía de bebidas y la otra, un proveedor de electrodomésticos: ambas apuestas evidentes al crecimiento de consumidores chinos de clase media.

A pesar de que en una primera etapa se incorporarán sólo 233 acciones clase A al índice seguido por inversores que controlan u$s 1,6 billones en activos, para muchos éste es un momento crucial. Se prevé que las inclusiones posteriores transformen de manera radical el paisaje bursátil a nivel mundial.

"Los inversores no pueden seguir ignorando el mercado interno de China", sostiene Jinming Hu, director ejecutivo de GF International Asset Management, el primer fondo de propiedad absoluta de China lanzado en Europa. "Los inversores extranjeros hoy no tienen más remedio que aceptar que los mercados de renta variable de China continental forman parte del mundo".

Muchos inversores globales antes evitaban las acciones chinas, en parte por sus temores vinculados al gobierno corporativo. Incluso el famoso seleccionador de acciones (stockpicker, en inglés) británico Anthony Bolton, que llegó a Hong Kong en 2010 ante las grandes expectativas de que lograría trasladar su toque de Midas a China, se vio involucrado en escándalos contables y maniobras de fraude.

Según señala, había descubierto que en China el gobierno corporativo es un eufemismo que se utiliza para decir que las cifras dicen la verdad y los directivos mienten.

La inclusión obligará a que los fondos pasivos que siguen índices y son propiedad de algunos de los fondos de pensiones más grandes del mundo inviertan en acciones clase A. Los analistas sostienen que eso provocó temores sobre los estándares de gobierno corporativo. Algunos se preguntan si este desplazamiento de dinero pasivo del exterior obligará a las compañías a sanear sus normas, o si quienes han invertido e estos fondos podrían verse perjudicados.

A medida que se incluyan más acciones clase A en los índices de referencia, los flujos de capital internacional hacia Shanghai y Shenzhen podrían aumentar considerablemente. "Sobre la base de las experiencias de Corea del Sur y Taiwan, una vez concluida la inclusión, más de u$s 600.000 millones en capital extranjero podrían ingresar en el mercado de acciones clase A en los próximos cinco a 10 años", señala Steven Sun, jefe de investigación de HSBC Qianhai, una sociedad de valores con sede en Shenzhen.

MSCI no dio un plazo para la "inclusión completa", pero reconoce que cuando llegue ese día, las acciones chinas conformarán el porcentaje de "mayor peso", equivalente a alrededor del 45% del índice MSCI Emerging Markets. "Cuando los chinos quieren algo, lo hacen", dice Sebastien Lieblich, director de investigación de MSCI. "No puedo afirmar si la inclusión completa será en 15, 10 o cinco años. Cualquiera de estos tres horizontes de tiempo es posible".

Si bien esta perspectiva atrae a algunos, a otros los aterroriza. Los gestores activos de fondos pueden elegir en qué compañías invertir y qué posibles dificultades esquivar. Los inversores pasivos no tienen más remedio que adquirir estas acciones.

Según criterios objetivos medibles, las acciones clase A se encuentran entre las acciones más apalancadas, volátiles, peor gobernadas y más fuertemente diluidas de todos los mercados emergentes.

Según un estudio realizado por Brandon Emmerich, director de Granite Peak Advisory, las acciones clase A presentan niveles de endeudamiento son sumamente elevados. La deuda bruta promedio de una sociedad es 7,8 veces superior a su ebitda anual un indicador de la capacidad de generar beneficios mientras que la deuda neta lo supera 6,1 veces. Según los criterios aplicados por la agencia de calificación crediticia Standard & Poors, cualquier sociedad cuya deuda supere cinco veces el ebitda se ubica en la categoría más alta de apalancamiento corporativo.

"Los inversores deben ser muy cautelosos", señala Emmerich, que analizó una lista original de 222 acciones clase A para la inclusión prevista. "Las deudas de algunas compañías, como el gran desarrollador inmobiliario Poly Real Estate Group, que tiene un ratio de deuda equivalente a 18,6 veces su ebitda, son extremas".

En un momento en que Pekín intenta reducir el apalancamiento de su economía, semejantes niveles de deuda representan un riesgo para los inversores. El elevado nivel de deuda corporativa también puede estimular el deseo de una compañía de emitir más acciones, lo que diluye las ganancias por acción de dicha sociedad, medida clave de valor para los inversores. La investigación realizada por la gestora de activos Schroders revela que en los mercados de Shanghai y Shenzhen se observan los peores niveles de dilución entre 20 mercados emergentes y desarrollados.

En términos de gobierno, como señaló Bolton, a las acciones clase A les va mal. Según los rankings de criterios de medioambiente, sociedad y gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) medidos por el índice MSCI, las 233 compañías que se prevé incluir en dicho índice son mucho peores que sus pares de otros mercados emergentes, y el 37% de ellas tiene la calificación ESG más baja del mercado. Solo el 3% se ubicó en las primeras tres de las siete categorías ESG. "Casi todos los inversores internacionales que conocí en este último tiempo me preguntaron sobre el gobierno corporativo de las acciones clase A", afirma Sun.

Una de las consecuencias que acarrean las malas prácticas de gobierno es que a menudo los problemas que surgen toman desprevenidos a inversores. Leshi Internet Information and Technology, una antigua estrella de acciones clase A, cayó a tierra en abril de 2017, cuando suspendió inesperadamente sus acciones. Pasaron nueve meses hasta que se levantó la suspensión. Durante ese tiempo, la compañía de televisión que se diversificó en autos eléctricos autónomos sufrió una crisis financiera y canceló las adquisiciones en el extranjero.

El aspecto revelador de su desaparición, sin embargo, fue que pocos inversores lo vieron venir; las normas de transparencia deficientes apoyadas en información imprecisa permitieron a la compañía disfrazar con eficacia sus falencias.

Ese desprecio por los accionistas minoritarios se refleja en la posición dominante de los accionistas mayoritarios. Según Granite Peak Advisory, casi el 70% de las acciones clase A tienen un accionista mayoritario que posee más del 25% de las acciones de la compañía, comparado con solo el 18% de las empresas estadounidenses. Según Granite Peak, eso debilita el impulso a pagar dividendos: unas 900 acciones clase A de un total de 3244 jamás abonaron dividendo alguno.

"Hasta que MSCI adoptó el enfoque selectivo de acciones clase A, criticamos el hecho de exponer a los inversores internacionales a tanto riesgo de gobierno en China", afirmó Jamie Allen, secretario general fundador de la Asociación Asiática de Gobierno Corporativo. "Pero incluso ahora, sigue aumentando el riesgo... Ejerce presión sobre los inversores pasivos para que tomen las prácticas de gobierno muy en serio y se aseguren de que estén haciendo todo lo posible. Se trata de un desafío para la industria de inversores pasivos, dado que invierten en numerosas sociedades".

A pesar de ello, los inversores afirman que las acciones clase A representan una de las oportunidades más atractivas del ámbito bursátil mundial.

"Hay muchas empresas buenas que cotizan en el mercado de acciones clase A que no están disponibles para los inversiones en Hong Kong, especialmente de los sectores de consumo, industrial y de salud", afirma Bryan Yeo, director de GIC, un fondo soberano de inversión de Singapur que se encuentra entre los más grandes del mundo. "Estos son los sectores que se beneficiarán más de la estrategia China de centrarse en producir empresas de alta calidad y en el crecimiento de la población de ingresos medios".

Tal como lo ven los optimistas, la oportunidad está en la posibilidad de respaldar a los futuros beneficiarios del ascenso de China por sobre Estados Unidos para convertirse en la economía más grande del mundo en los próximos años, impulsada por el boom de consumo de la clase media, las reformas de empresas estatales y los avances tecnológicos en áreas tales como big data, automatización y semiconductores.

Bautizada por Investec como la "segunda gran transformación", la sociedad gestora de activos afirma que la apertura de las acciones clase A "representa un cambio de enfoque profundo, de volumen a valor y de cantidad a calidad. El objetivo es permitir que la nueva economía sostenga el crecimiento".

Esa idea se refleja en la lista de las 20 mejores acciones clase A que los fondos extranjeros acapararon en los últimos 18 meses. Según la investigación de la empresa de servicios de asesoría Copley Fund Research sobre 180 fondos de mercados emergentes, de las 20, siete son empresas de alta tecnología.

Las tres favoritas de estos inversores, según la investigación de Copley, son Kweichow Moutai, fabricante premium chino de licor Midea Group, un fabricante de electrodomésticos que adquirió al gigante alemán de robótica Kuka en 2017, y Hikvision. Otras sociedades incluidas en el top 20 operan en los sectores de salud, ocio y consumo.

Sin embargo, es revelador que los 180 fondos consultados por Copley señalaron que invertirían en sólo 57 de las 233 de las acciones. "El hecho de que gestores activos hayan evitado a tantas sociedades de acciones clase A es motivo de preocupación para los inversores pasivos", sostiene Steven Holden, fundador de Copley Fund Research.

Los que invierten en fondos que cotizan en bolsa, de hecho, tienen que comprar todas las acciones que están incluidas en un índice y, por lo tanto, es probable que tengan una exposición mucho mayor que los stockpickers activos que invierten en solo unas pocas compañías tras un análisis minucioso de sus perspectivas.

El peligro inherente al enfoque pasivo de las acciones clase A es que algunas de las numerosas sociedades que conforman un índice pueden fracasar y, en consecuencia, debilitar el desempeño general. Este riesgo aumenta debido a que las compañías clase A son muy proclives a suspender su cotización en forma repentina.

En julio de 2015, China sufrió una importante liquidación en el mercado donde más de 1400 empresas casi la mitad del total suspendieron su negociación. Si bien la situación mejoró, MSCI admitió en 2016 que el número de cotizaciones suspendidas en el mercado de acciones clase A de China seguía siendo "lejos el más alto del mundo". El proveedor de índices impuso una norma que impide la incorporación de sociedades que hayan sido suspendidas durante 50 días consecutivos o más en el índice MSCI de mercados emergentes.

"Hubo problemas en materia de gobierno y cuando las cosas se pusieron difíciles en 2015, muchas empresas suspendieron sus acciones", señala Dale Nicholls, gestor del Fidelity China Special Situations Trust, el fondo que antes gestionó Bolton. "Ese fue un problema, pero se tomaron medidas. Todavía hay margen para que mejore el gobierno general del mercado, pero se hicieron cambios y ahora es mucho más difícil que las empresas suspendan sus acciones y las mantengan suspendidas por tanto tiempo".

Z-Ben Advisors, sociedad de datos y análisis, sostiene que hasta fines de mayo se suspendieron 211 acciones. "Este problema es exclusivo de China; en la mayoría de los demás países no hay suspensiones significativas de cotizaciones", sostiene Manishi Raychaudhuri, jefe de investigación de acciones para Asia Pacífico de BNP Paribas. "Replicar el índice representa un desafío para los fondos pasivos".

Sin embargo, dados el tamaño de China y las oportunidades que ofrece, los inversores finalmente tendrán que sentirse cómodos con los múltiples riesgos.

"Uno de los mayores cambios que veremos en los próximos 15 años es la integración de los mercados financieros de China en los mercados financieros mundiales", señaló Henry Fernández, presidente y director ejecutivo de MSCI.

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