La semana laboral de 30 horas pronto será la norma

No es el trabajador individual el que necesita un cambio, sino el sistema. En términos generales, en los países ricos está surgiendo un nuevo ritmo de trabajo

Un amigo que contrata personal para un banco de inversión hace poco se quejaba de los millennials que buscan trabajo. Me contaba que en la entrevista de trabajo preguntan cosas como: "¿Puedo tomarme los viernes a la tarde para ir a yoga?".

Las encuestas demuestran hace años que la mayoría de los millennials, tanto hombres como mujeres, no quieren trabajar todo el día. En estudios recientes de Deloitte y del sitioweb de seguimiento profesional Comparably, los empleados más jóvenes le dan más importancia al "equilibrio trabajo/vida personal" que a su progreso profesional.

Los millennials quieren llegar a casa a tiempo para estar con sus hijos, o al menos para jugar un rato con la Nintendo.

Durante la crisis económica si a un empleador le preguntaban por el yoga, el CV del candidato simplemente iba a parar al tacho de basura. Siempre había alguien más desesperado por trabajar. Pero ahora eso está cambiando: con el crecimiento de la economía global a su ritmo más alto desde 2011, escasean los candidatos con la adecuada capacitación. Al fin, los trabajadores pueden tener exigencias. IG Metall, el sindicato más grande de Alemania, acaba de cerrar un acuerdo que permite a sus miembros trabajar semanas de 28 horas a lo largo de dos años como máximo, en general el período en que tienen hijos pequeños.

IG Metall, el sindicato más grande de Alemania, acaba de cerrar un acuerdo que permite a sus miembros trabajar semanas de 28 horas a lo largo de dos años como máximo, en general el período en que tienen hijos pequeños

El cuidado de los hijos claramente ya no es un tema sólo de las mujeres alemanas: la mayoría de los miembros del IG Metall son hombres.

Es cierto que Alemania actualmente es como un paraíso para los trabajadores. Pero si otras economías siguen creciendo, las jornadas laborales pronto también se convertirán en un tema de agenda. Durante los auges, más gente quiere cambiar dinero por tiempo.

La crisis terminó

La crisis pos-2008 por fin terminó. Los salarios promedio otra vez están por encima de los niveles pre-crisis en todos los países desarrollados salvo Gran Bretaña y Grecia. La tasa de desempleo de la eurozona es la más baja y el crecimiento salarial en Estados Unidos es el más rápido desde 2009.

En cuanto a cómo hacer para mantener un buen equilibrio trabajo/vida personal, los gurúes de la autoayuda tienden a dar consejos: abandone Facebook, ignore la mayoría de los correos electrónicos, instale una aplicación de meditación, etc. Sin embargo, Anne-Marie Slaughter asegura en su libro Unfinished Business, que no es el trabajador individual el que necesita un cambio sino el sistema.

En esto, Alemania marca tendencia. En 1960, el año laboral de un empleado promedio de Alemania Occidental era de 2163 horas. Hoy, es de 1363 horas, la menor cantidad de todos los países desarrollados. Y cuando los alemanes vuelven a casa a media tarde, muchos de ellos quedan genuinamente libres. Muchas de las principales empresas germanas obligadas por los ajustados mercados laborales a mantener contentos a sus empleados limitan los correos electrónicos después del horario laboral. Daimler hasta automáticamente borra los mensajes electrónicos a empleados que están de vacaciones.

En 1960, el año laboral de un empleado promedio de Alemania Occidental era de 2163 horas.

Otros países tradicionalmente adictos al trabajo también están tratando de bajar los decibeles. Corea del Sur, China y Tailandia ya limitaron las tareas escolares, aunque claramente no lo suficiente: muchos padres chinos se están rebelando contra la idea de tener que dedicar un rato de todas las noches a hacer los deberes de trigonometría con sus hijos. Ahora el gobierno de Corea del Sur quiere reducir las horas de trabajo anuales promedio a menos de 1800, comparado con las 2069 de 2016.

Pruebas piloto 

En Estados Unidos, Amazon está haciendo una prueba piloto con equipos técnicos con semanas laborales de 30 horas por los mismos beneficios y tres cuartas partes del salario de los empleados que trabajan 40 horas. Esos programas serán comunes si la economía sigue creciendo.

Las jornadas laborales más cortas no ayudarán a los trabajadores peor pagos que no pueden darse el lujo de trabajar menos, ni a los empleados de élite que en general aman lo que hacen y pueden contratar a alguien para que haga las tareas domésticas. Pero en términos generales en los países ricos está surgiendo una nueva vida laboral. La semana de trabajo básica se acortará, y los empleados reducirán su jornada cuando tengan hijos pequeños o padres ancianos que cuidar. Por el contrario, en las etapas más tranquilas de la vida, trabajarán más tiempo: el acuerdo de IG Metall permite que sea más fácil para algunos trabajadores elevar de 35 a 40 las horas laborales por semana. Esa flexibilidad debería finalmente poner fin a esa desventaja laboral que tienen las mujeres, cuyas carreras profesionales se ven perjudicadas por el hecho de dedicar unos años a la crianza de sus hijos.

El futuro del trabajo podría parecerse más a Alemania: jornadas laborales más cortas, alta productividad y el negocio del yoga en pleno auge.

 

Traducción: Mariana Inés Oriolo

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