Financial Times: las compañías no pueden actuar como árbitros morales

Warren Buffett opina que está mal que las empresas impongan sus visiones de lo que es "hacer un bien" a la sociedad. Sería un error invertir sobre esa base porque sus directivos sólo son agentes de los accionistas

Berkshire Hathaway invirtió cerca de u$s 30.000 millones en turbinas eólicas e infraestructura en Iowa a través de uno de los tantos negocios que posee. El objetivo es convertir al estado en "la capital eólica del mundo, una Arabia Saudita del viento".

Otro tipo de capitalista diría que el paso de los combustibles fósiles a la energía renovable refleja la responsabilidad que asumieron sus empresas con la sociedad, que "te va bien haciendo el bien". Ése es el consenso corporativo actual, expresado —de manera sincera o no— en los informes anuales y anuncios de las compañías de todo el mundo.

Pero Warren Buffett de Berkshire no hace nada de eso. Invierte en energía eólica sólo porque el gobierno le pagó para que lo hiciera: "No lo haríamos si no hubiera crédito fiscal a la producción".

El llamado Sabio de Omaha fue aún más lejos. Está mal, dijo en una entrevista con Financial Times a principios de 2019, que las empresas impongan sus visiones de lo que es "hacer un bien" a la sociedad. "¿Qué les hizo pensar que sabían más? Es muy difícil de hacer. Si me das las 20 empresas más grandes, no sé cuál de las 20 se comporta mejor. He sido director de 20 compañías cotizantes y creo que es muy difícil evaluar lo que están haciendo...es muy, muy difícil. Me encanta comer golosinas. ¿Las golosinas son buenas para mí o no? No lo sé", afirmó.

E incluso si el management de Berkshire supiera lo que es correcto para el mundo, sería un error invertir sobre esa base porque ellos sólo son los agentes de los accionistas de la compañía. "Éste es el dinero de los accionistas", dijo.

Es un comentario notable sobre el momento actual y la opinión que expresó Buffett sobre la empresa lo hace excepcional. El economista de la Universidad de Chicago Milton Friedman escribió hace 50 años que "la responsabilidad social de las empresas es aumentar sus utilidades". Hasta hace poco, esa visión era fuertemente sostenida, desde en las escuelas de negocios hasta en los directorios de empresas.

Después de haber creado una inmensa riqueza para Berkshire Hathaway, el mayor logro de Buffett quizás sea la imagen pública irrefutable que construyó de abuelo bondadoso del capitalismo. Esto le da posibilidad de decir lo que otros solamente se atreven a pensar. Pero Buffett no es el único.

Robert Shillman, presidente de la compañía de sensores industriales Cognex, utilizó el último informe anual de la compañía para "expresar mi preocupación por esta tendencia de atacar nuestro sistema de libre empresa y nuestros negocios".

Se mostró en desacuerdo con "la vigilancia a las empresas… en particular en lo que respecta a las cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG)".

Las administradoras de activos, argumentó, se extralimitan en el uso de su poder de voto- otorgado por los inversores de los fondos de inversión- si presionan a sus empresas para que incluyan criterios ESG al tomar decisiones de negocios. Si le preguntan a los inversores del fondo "¿Quieren que la junta de directores y los gerentes de sus empresas dediquen tiempo y energía en temas de medio ambiente, sociales o de gobierno corporativo, o prefieren que dediquen todo su tiempo y energía a aumentar el valor de sus acciones? Estoy muy seguro de que un número abrumador de ellos elegiría lo segundo".

El fuerte crecimiento que tuvieron los fondos de inversión impulsados por los criterios ESG en los últimos años sugiere que Shillman tal vez esté equivocado. Los defensores del "capitalismo de las partes interesadas", orientado a perseguir los intereses de otros grupos como los empleados y la comunidad, también argumentan que su pregunta presupone un falso dilema. Porque si el capitalismo no hace más por dar lugar a una sociedad mejor, podría revocarse la licencia de las empresas.

Buffett tiene una visión más simple para mejorar la sociedad. Piensa que es la política del gobierno, no el capitalismo, la que debe impulsar el cambio. Usó el ejemplo de las centrales eléctricas a carbón que quedan en Berkshire.

"Si la gente quiere que destruyamos nuestras plantas de carbón, nuestros accionistas o el consumidor van a pagar por eso. Se puede argumentar que, desafortunadamente, paga el consumidor, pero el problema es que lo pagan si viven en el lugar donde una empresa de servicios públicos genera el 50% de su energía a partir del carbón. Si se encuentran en otra zona, no pagan por eso. Por lo tanto, hay un costo para alguien... la pregunta es cómo se absorbe. El gobierno tiene que asumir el deber de modificar el sistema de mercado", afirmó Buffett.

Traducción: Mariana Oriolo

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