Es irreversible el avance de las máquinas que invierten

Cuanto más se comprende una tecnología, menos miedo se le tiene. Ese concepto no ayuda en nada a los inversores cuantitativos, quienes no pueden hacer que sus sistemas de negociación de valores sean transparentes por temor a los imitadores. Por lo tanto, la actividad sigue siendo algo similar a una caja negra que genera nerviosismo entre quienes son ajenos al asunto.

¿Existe el riesgo de una crisis en los mercados debido a exposiciones ocultas o interacciones impredecibles entre robots? Si siguen disminuyendo el factor humano en el trading de valores, ¿los mercados se desconectarán de los fundamentals económicos?

Esas preocupaciones son legítimas pero hay que sopesarlas con las cosas positivas que pueden hacer las máquinas.Los hedge funds cuantitativos, o quant hedge funds, pronto tendrán bajo su administración un billón de dólares. Los activos gestionados se duplicaron desde 2010, según Hedge Fund Research. No obstante, no está claro en qué consiste una estrategia cuantitativa. Incluso los inversores de la vieja escuela usan computadoras para filtrar títulos valores. Los fondos indexados dependen de las negociaciones computarizadas para igualar al mercado. Si a eso se le agrega un sesgo hacia un fondo indexado a favor, digamos, de acciones de valor, se convierte en un fondo smart beta. Con sumarle alguna variedad de esos sesgos, ya se está en condiciones de ser considerado un quant fund.

Por lo tanto, bajo la campana de algunos fondos cuantitativos seguramente merodea una estrategia momentum surfing o un fondo de bonos apalancados, y ambos pueden volar por los aires si vuelve la volatilidad a los mercados. Como siempre, los clientes deben ser de piedra. En primer lugar, la computarización debería bajar los costos de la gestión de carteras. Si no son menores las comisiones por gestión, hay que preguntar.De manera similar, el trading humano es propenso a las quiebras. La pregunta no es si habrá cracs cuantitativos, sino si serán aún peores que los estallidos humanos.

Los programas de trading algorítmico son diferentes a los humanos de maneras: en escala, velocidad y complejidad. Si se negocian más títulos valores a mayor velocidad, los accidentes serán más grandes y más repentinos. Al igual que con todos los sistemas complejos, no se puede predecir de qué manera interactuarán los programas. Es difícil dar con una receta para reducir los riesgos. Pero hay un contrapunto: las máquinas son potencialmente mejores que los humanos en la gestión del riesgo, por ejemplo al momento de cumplir con los límites stop-loss. El juego de los inversores de la vieja escuela era conceptualmente simple: encontrar un título valor que se vendiera a u$s 80 con flujos de caja futuros de u$s 100; comprarlo y esperar a que alguien lo detectara. Si los mercados pasan a ser dominados por sus dos componentes que más crecen _los programas de trading y los fondos indexados pasivos_ es posible que el foco en el valor subyacente desaparezca. ¿El criterio humano le brinda un valor único al proceso de inversión? En el juego del dinero fácilmente cuantificable, el dominio humano seguirá disminuyendo. Incluso los criterios altamente contextuales sobre las tendencias de consumo provienen de computadoras que analizan noticias y posteos de los medios sociales.

La máquina seguirá cambiando las inversiones financieras. Lo humanos tienen como única tarea asegurarse de que eso se traduzca en menores costos y un mejor control de riesgo.

Temas relacionados

Las más leídas de Financial Times

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés