David Rockefeller Jr., el demócrata y ecologista heredero de un imperio

El representante de la familia que supo ser la más poderosa del mundo no reniega de su apellido, pero prefiere combinar sus negocios con la filantropía y el cuidado del medio ambiente

Pocas familias ofrecen un retrato tan fiel de los ciclos de envidia y fascinación que marcan la relación de Estados Unidos con sus ciudadanos más adinerados. Tal como el FT escribió en un obituario de 1937, el bisabuelo de David Jr pasó de ser "el hombre más aborrecido de Estados Unidos" a uno de los más venerados al destinar su fortuna a la filantropía. El hijo de un vendedor ambulante de licores construyó un imperio que abarcó ferrocarriles, bancos y el 90% de las refinerías de Estados Unidos antes de que la Corte Suprema de este país lo derrumbara en 1911. Incluso tras destinar la mitad de su vida a distribuir su fortuna, se dijo que, al morir, John D Rockefeller controlaba el 1,5% de la producción económica del país.

El antiguo capitalista sin escrúpulos podría reconocer un par de aspectos del Estados Unidos de Donald Trump, una nueva era dorada donde la plutocracia y el populismo impulsan la política, las organizaciones benéficas de hombres ricos se ocupan de los problemas sociales del momento y Washington lucha una vez más para ponerse al día con las tendencias monopólicas de las mayores corporaciones.

Pero en 2018, con la riqueza del fundador distribuida entre entidades filantrópicas y sucesores, ser tan rico como Rockefeller ya no es lo que supo ser. La familia no está en peligro de quedar fuera del 0,001% más rico, pero David Sr ocupó el puesto 581 del ranking de multimillonarios de Forbes de 2017 antes de morir el año pasado a la edad de 101 años. Como nuevo patriarca de un clan que hoy cuenta con más de 280 miembros, David Jr es en la actualidad el rostro de la fortuna de la familia.

Rockefeller no actúa como alguien que ambiciona el título de titán. A los 76 años se le sigue conociendo con el apodo de "junior". ¿Costó afirmar su identidad como algo más que hijo, nieto o bisnieto? "Cuando era niño me resultaba mucho más difícil llevar el apellido Rockefeller porque no había hecho mi propia carrera", señala.

"[Mis antepasados] se horrorizaban de las críticas de la opinión pública hacia la familia", pero "no me topo con muchas personas que parezcan odiarme de verdad", sostiene.

"Antes de ingresar al negocio familiar, pasé 20 años aclarando quién era desde el punto de vista filosófico, artístico y en términos de mis aptitudes como gerente y presidente".

David Sr fue uno de los primeros en suscribir The Giving Pledge, la iniciativa filantrópica liderada por Warren Buffett y Bill y Melinda Gates que logró convencer a multimillonarios, desde el inversor Bill Ackman hasta Mark Zuckerberg de Facebook, de ceder al menos la mitad de su fortuna. El ex presidente de Chase donó unos u$s 900 millones antes de morir. La mayor parte de la fortuna restante (que Forbes calculó en u$s 3.300 millones) estaba en fideicomisos familiares de los cuales él era beneficiario pero no propietario. Sus sucesores heredan esa fuente de ingresos, pero su testamento prevé la venta de unos u$s 700 millones en obras de arte, propiedades y otros artículos que él y su esposa Peggy acumularon (entre ellos 150.000 especímenes de escarabajos) a beneficio de entidades que van desde Harvard hasta el Consejo de Relaciones Extranjeras. Una docena de obras se reservaron para el MoMA, que además se espera que reciba un legado de al menos u$s 125 millones.

La suma exacta de dinero que ha de recibir se definirá en mayo. Rockefeller comparte las esperanzas de Christie's de que la subasta de más de 2.000 artículos supere el récord de u$s 484 millones que logró en 2009 la colección de obras de arte acumuladas por Yves Saint Laurent y Pierre Bergé. "Con lo que acaba de pasar con la obra de Leonardo, ¿quién sabe?", señala refiriéndose a los u$s 450 millones en que se vendió el cuadro "Salvator Mundi" el año pasado. Ciertamente, Christie's está haciendo todo lo posible para asegurarse de que la venta sea un éxito rotundo. Las piezas más destacadas de la colección recorrieron Hong Kong en noviembre y llegaron a Londres el 21 de febrero, antes de pasar por Los Ángeles, Pekín y Nueva York, donde lotes tan diversos como patos señuelo y una azucarera de Napoleón hoy esperan etiquetados en un depósito. Rockefeller fue parte de la campaña de marketing y salió en busca de licitadores desde China hasta Medio Oriente.

Su nombre todavía abre puertas, en parte porque gracias a fideicomisos cuidadosamente montados y asesores profesionales, la familia se ha librado del destino habitual según el cual "la fortuna familiar se pierde en tres generaciones". Rockefeller, que preside grupos que administran el dinero de familiares a los que él llama "clientes" tuvo bastante que ver en ello. El año pasado, Rockefeller Financial Services, que se creó como una oficina familiar en 1882, se asoció con Greg Fleming, ex director de gestión de patrimonios de Morgan Stanley, en un intento por lograr mayor crecimiento. La tarea de Rockefeller consistió en explicar el negocio a su familia y los fondos y fundaciones externas que hoy llevan la contabilidad de la mayoría de sus bienes.

Me cuenta que al menos 100 miembros de la familia se reúnen dos veces al año para conversar sobre las inversiones y donaciones a entidades benéficas: una vez en Navidad y otra vez en el solsticio de verano. ¿El solsticio? Le pregunto cuán religiosa se vuelve la atmósfera. "La familia no es tan religiosa, pero yo adoro el solsticio. Como buen marinero, estoy en gran sintonía con la posición en que se encuentra el sol", responde. "No solo en el mar".

Un regatista competitivo que tuvo su primer velero a los 13 años, hoy lleva a cabo campañas en favor de la conservación de los océanos. Sus esfuerzos para salvarlos se toparon con un Washington antipático a partir de la elección de Donald Trump. "Lamentablemente, una minoría del país descubrió la manera de manipular la opinión pública sembrando dudas sobre la ciencia, y como este gobierno prioriza la extracción de petróleo y gas en alta mar, tenemos una pelea entre manos para lograr el equilibrio adecuado".

Reconoce que es una crítica inesperada por parte del descendiente de un imperio energético. El fondo familiar anunció en 2016 que se desharía de sus empresas petroquímicas. Algunos los acusaron de morder la mano que les daba de comer, me dice Rockefeller, pero el escándalo de que personas con su apellido renegaran de una industria que hoy se compara a las grandes tabacaleras sirvió para que la causa cobrara relevancia. "Mi familia se financió con petroquímicas, pero yo le digo a las personas que mi bisabuelo fue un hombre inteligente y sumamente interesado en la ciencia Hoy se dedicaría al negocio de la energía solar".

Su tío Nelson fue el arquetipo de Rockefeller republicano y representó al ala conservadora moderada del partido que hoy está casi extinto. Medido y racional, Rockefeller no tiene la menor aspiración a la vida política, pero se reconoce demócrata, incluso cuando afirma que el partido aún tiene mucho que aprender de su fracaso en 2016. "Creo que las personas que votaron por Donald Trump verán no que sus motivos de insatisfacción fueron errados, sino que la solución no estaba en el gobierno de Trump", me dice. "Me encantaría que pudiésemos crear más Rockefeller demócratas que estuvieran cerca del centro, que creyeran en la importancia del gobierno, de las empresas y de que el sector de las ONG trabaje en conjunto".

Con sus recursos, podría impulsar al partido en esa dirección, pero le pregunto si lo que la política estadounidense realmente necesita es más dinero. "No", responde. "Considero que es demasiado poderoso y distorsiona de manera terrible los objetivos del país; pero, dicho esto, creo que hasta que ambas partes depongan sus armas[V1] , no queda otra que financiar tus convicciones con dinero para los candidatos".

Sin embargo, aún no está seguro de quiénes serían esos candidatos "moderados, creíbles y de espíritu cívico". Conoce a Oprah Winfrey, el multimillonario director ejecutivo, actor, presentador de televisión y, según rumores, candidato presidencial, pero señala que preferiría a alguien con experiencia de gobierno. "No puedes convertirte en dirigente político de China sin haberte entrenado", observa.

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