EL SUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES DEL GIGANTE ASI TICO BREGA POR LIBERALIZAR EL COMERCIO

China exigirá cooperación en el comercio

El coordinador chino de asuntos del G20 propone su oposición al proteccionismo "en todas sus formas" y critica que se los acuse de "prácticas comerciales desleales"

Hace diez años, el mensaje inequívoco del G20 sobre el rechazo al proteccionismo comercial y el fomento de la globalización ayudó a la economía mundial a sobrevivir los tiempos más difíciles. Después de media década de crecimiento decepcionante, en los últimos dos años se produjo una fuerte recuperación.

Sin embargo, esa promesa está empezando a desvanecerse. Este año, el FMI advirtió en repetidas ocasiones sobre las heridas económicas que causan las medidas proteccionistas. La escalada de las tensiones comerciales podría ralentizar el crecimiento mundial en más de 1% en los próximos dos años.

Ahora más que nunca, el mundo se beneficia del comercio y de la apertura pero, sin embargo, está dividido por estos mismos factores. Se está cuestionando el orden internacional, así como las instituciones globales y regionales. Los líderes del G20 abordarán estos temas en la cumbre que se realizará en Buenos Aires esta semana.

Sabemos que la apertura y la cooperación son vitales para mejorar las vidas de las personas en todas partes. También sabemos que es necesario abordar los desafíos que plantean las presiones demográficas, el cambio climático y las nuevas tecnologías. Sin embargo, debemos gestionar las transiciones de manera sensata para que las personas no sufran o queden rezagadas.

En primer lugar, debemos oponernos al proteccionismo en todas sus formas. Las restricciones comerciales provocan el encarecimiento de los productos y reduce las opciones para los consumidores. Además, las industrias protegidas se vuelven menos dinámicas que sus rivales extranjeras. Los desequilibrios comerciales bilaterales ofrecen una imagen de la división del trabajo entre las economías. Es arbitrario señalar que los desequilibrios globales se deben a las llamadas prácticas comerciales desleales; las medidas "correctivas" tendrán poco impacto en el déficit comercial general de un país. Las principales economías deben reducir las barreras y resolver los desacuerdos mediante el diálogo en lugar de tomar medidas proteccionistas o unilaterales o interrumpiendo cadenas de valor globales.

En segundo lugar, debemos salvaguardar el sistema de comercio multilateral basado en normas. Es impensable que el orden internacional vuelva a regirse por la ley de la selva. Debemos respetar la autoridad y la eficacia de las reglas establecidas por la comunidad internacional, no descartarlas por conveniencia nacional. La Organización Mundial de Comercio (OMC) no es perfecta, pero incorpora el sistema de comercio multilateral y atiende los intereses comunes de todos sus miembros. Cualquier enmienda a las reglas debe pasar por una amplia consulta, en la cual se debe garantizar la igualdad de derechos y oportunidades para los países en desarrollo. Cualquier reforma de la OMC no debe desviarse de sus valores fundamentales y principios básicos ni diluirlos. Los temas relacionados con su funcionamiento y su misma existencia deben ser prioritarios.

En tercer lugar, el beneficio del comercio tiene que compartirse de manera más general. En los últimos 25 años, el comercio ha aprovechado las nuevas tecnologías para elevar la productividad en todo el mundo, ha ayudado a reducir en más de 50% la pobreza extrema mundial y ha creado millones de empleos mejor pagos. La cooperación internacional es indispensable; una mayor transferencia de tecnología entre países en términos mutuamente acordados facilitará la adaptación global. La protección de los derechos de propiedad intelectual debe ser un incentivo más que un obstáculo para que el mundo entre en la nueva era industrial.

China no es quien hace las leyes ni quien más se beneficia de la globalización. Pero hemos decidido seguir las reglas y lograr la convergencia con los países desarrollados. En su esfuerzo por abrirse e integrarse a la economía mundial, China está comprometida a liberalizar y facilitar el comercio y la inversión, al mismo tiempo que protege los derechos legales de los inversores extranjeros.

Henry Morgenthau dijo en Bretton Woods en 1944: "La prosperidad, al igual que la paz, es indivisible. No podemos darnos el lujo de diluirla aquí o allá entre los afortunados o disfrutarla a expensas de otros".

La historia nos dice que el comercio y la apertura son beneficiosos para quienes los adoptan, y sólo manteniéndonos unidos podemos fomentar un futuro mejor y compartido para todos nuestros pueblos. No podemos hacerlo solos.

 

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