¿Qué hacer para mantener la concentración y el control de las emociones en el golf?

“Pocas veces tuve tan buenas sensaciones como en la semana previa al British Open de 1994 en Turnberry, Escocia. Recientemente había ganado mi último torneo y le estaba pegando a la pelota mejor que nunca. Sinceramente sentía que había llegado a un nuevo nivel , dice el sudafricano Nick Price, ex número 1 del mundo en su libro “The Swing .

 

En la previa, era uno de los candidatos al triunfo en el campeonato más antiguo del mundo. Sin embargo, todas las buenas sensaciones que había tenido, misteriosamente desaparecieron al llegar a Escocia. “Sin una razón aparente, la sensación de comodidad y fluidez se disiparon en un instante . 

 

Independientemente del nivel de juego, todo golfista ha pasado por algo similar y realmente es difícil de explicarlo racionalmente. Los pensamientos, las emociones y las sensaciones (y también la fortuna) desempeñan un rol fundamental en el juego y cualquier desequilibrio se ve reflejado inmediatamente en el rendimiento. 

 

Mantener la calma, verificar la posición y evitar el temor al error

 

Aprender a manejar este tipo de situaciones es parte de la evolución de todo jugador: la experiencia brinda templanza y aplomo. Para ello, el primer paso es mantener la calma y no entrar en pánico. 

 

En relación al swing, es importante verificar la postura (principalmente la alineación y la posición de la pelota) y luego tener en mente no más de dos cuestiones técnicas que resulten las más influyentes en el juego. 

 

La idea de un juego perfecto sin errores es una utopía, sólo ocurre de tanto en tanto. La versatilidad mental es un atributo indispensable para todo aquel que quiera mejorar  y tiene una gran importancia en la cancha, en donde es fundamental ajustar la estrategia a las tendencias de ese día y adaptarse a las distintas situaciones que el juego le presenta. 

Según Harry Leibovich, quien fuera psicólogo de la Escuela de Golf de la Asociación Argentina de Golf, el temor a equivocarse es la causa de estas situaciones “de alguna manera cuando el golfista está jugando bien es como si estuviera subiendo una pirámide: en la medida que está más alto, se encuentra también más inestable y si mira para abajo, siente temor a caerse y eso es lo que hace perder la confianza. Entonces la mente empieza a influir sobre el cuerpo e interfiere en las rutinas y en el swing. Todo lo que hasta ese momento era confiable y automático se esfuma como agua entre las manos .

 

Disfrutar el juego y evitar la mera búsqueda del resultado

 

“Recomendaría que en la pirámide sólo mire hacia arriba. Llevado al golf sería que disfrute del placer de jugar y que no piense en el resultado, que es siempre variable. Que se enfoque en su objetivo, en lo que desea hacer y no en lo que quiere evitar, y dejar que suceda , concluye Leibovich.

 

En gran medida, es este enigma el que hace que el juego sea tan atrapante y desafiante para jugadores de todos los niveles, incluso para los mejores del planeta. Siempre habrá períodos en los que las cosas no salen como uno desea y así como las sensaciones desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, en el momento menos pensado pueden aparecer nuevamente. 
 

“La práctica del lunes en Escocia fue mala, el martes peor aún y el miércoles fue levemente mejor que el día anterior. Por suerte pude mantener la calma, seguí con mi rutina y trabajé sobre las dos o tres cosas que generalmente se desacomodan en mi swing y lo pude sacar adelante , agrega Nick Price. 

La fórmula de Price tuvo su efecto, esa semana ganó el British Open.

 

 

*Andrés Serra es Profesional de Golf y Director de Serra Golf Academy.