Los desafíos para la próxima campaña del agro

La actual cosecha encuentra a los productores desfinanciados por dos campañas negativas. Del otro lado, las compañías de seguros debieron soportar un récord de número de siniestros. La realidad de un sector que quiere volver a crecer.

El mercado de seguros agrícolas en la Argentina experimenta hace unos 15 años una reducción paulatina y gradual, pero incesante, de los costos de las coberturas. Durante el período, se evidenció un incremento en la frecuencia de ocurrencia de eventos climáticos adversos que, para las compañías, implica el incremento del número de denuncias recibidas en las campañas agrícolas.
En la campaña 2013/2014, que comenzó con la siembra de cultivos de invierno en mayo de este año, se está verificando cierta lentitud en la salida de las cotizaciones solicitadas por los productores agropecuarios, comenta Hernán Fernández, técnico de la Consultora Globaltecnos. El analista considera que la razón de ello se debe al impacto negativo que dejaron las últimas dos campañas. Al descontar los siniestros pagados a la prima cobrada, el resultado es negativo; y las compañías deben, además, rendir cuentas a sus socios extranjeros, apunta. Para la campaña entrante espera así costos de seguros agrícolas superiores a los de la campaña 12/13, además de coberturas restringidas en lo que a ubicación geográfica se refiere. Fernández resalta que, desde la producción, se observa un mercado mucho más cauto a la hora de cotizar, observando cada asegurado en particular y analizando detalles como escala, distribución geográfica, y distribución por cultivo. En cualquier caso, desde Globaltecnos aconsejan al productor tomar el seguro como un insumo más, cuyo impacto en el costo total de producción de una hectárea de soja es inferior a la importancia que tiene en defensa de la inversión.

Compañías
Las fuentes consultadas recuerdan que se trata de un mercado muy ligado a las monedas duras y al precio de los commodities, valores que pesan en el mediano plazo, más allá de que los futuros muestren una tendencia a la baja. Esto genera a los balances de las compañías una inmovilización de capital para hacer frente a potenciales siniestros
Para Andrés Laurlund, de Allianz Argentina, el resultado de la última campaña -2012/2013- se asemejó a la tormenta perfecta: se dieron varios factores climáticos negativos al mismo tiempo (inundación, seca, heladas tardías y granizo). El experto recuerda que estos factores impulsaron la siniestralidad a un récord histórico, entre el 170% y el 200%, por cual, será necesario un ajuste de tasas y coberturas a partir de la próxima campaña. El mercado necesita cambios profundos, privilegiar lo técnico. Ello debería reflejarse en un aumento de tasas; aplicación de deducibles en las coberturas y adicionales; estudios de siniestralidades por zonas; y análisis de clientes por sus resultados. Hoy pasó de ser un negocio muy interesante a otro de mucho cuidado y baja rentabilidad, sostiene Laurlund.
La siniestralidad del ramo en la empresa alemana fue de 114%, lo cual representó el pago de $ 360 millones en concepto de indemnizaciones. Las cifras reflejan la actualidad que marca los seguros agrícolas. Este ejercicio pasado tuvimos que atender 7.898 siniestros, mientras que el año anterior fueron 5.396, contra los 3.295 que se registraron dos años atrás, recuerda el experto.
Como dato adicional, cabe considerar que, en la última campaña, el mercado asegurador en su conjunto, pagó en concepto de siniestros más de u$s 300 millones, que fueron transferidos al sector agrícola y demuestra su utilidad como factor de protección, agrega Carlos Hoffmann, gerente de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros.

Otros players
Según Santiago Hays, director de Corporate & Comercial de Zurich en la Argentina, durante la campaña 2012/2013, en Zurich, tuvimos un nivel de siniestralidad inferior al de la media del mercado. Para que un productor pueda proteger su cultivo de soja, en la zona núcleo, tomando una cobertura de granizo tradicional, pagaría, aproximadamente, un 2% del monto asegurado, dice.
También desde San Cristóbal Seguros hacen hincapié en la denominada guerra de tarifas que atraviesa el mercado asegurador en los últimos tiempos. La siniestralidad de San Cristóbal, en la campaña 12/13, finalizó en el orden del 110%, con una incidencia importante de la cosecha fina, cultivos de invierno como trigo o cebada, que superó el 200%, dice Jorge D'Urbano, gerente Comercial de San Cristóbal Seguros.

Pago a cosecha
Las coberturas, en los seguros agrícolas dependen mucho del tipo de productor de que se trate, recuerdan desde el mercado. Los grupos grandes de siembra tratan de tomar la cobertura Multiriesgo Global, que no es una cobertura de cultivo sino una cobertura de inversión. Este se pone más difícil de vender a medida que se achican los márgenes brutos de los cultivos, ya que el asegurado piensa que un 5 o 6% del monto de la inversión es muy alto como costo y se achica el margen global de su negocio, comenta Marcelo Bosch, productor agropecuario de la zona oeste de Buenos Aires y agrega: Cuando los rindes de indiferencia son muy altos, es decir, cuando para no ganar ni perder se necesita un rinde muy alto, es probable además que la aseguradora no cubra el 100% de la inversión (tal vez el 80% o 90%). El ingeniero agronomo destaca que para el resto de los productores, las coberturas tradicionales dependen más del tipo de cultivo a cubrir (por ejemplo, en girasol es importante la cobertura de vientos, pero no en soja).
Nicolás Bellocq, encargado de peritajes de siniestros agrícolas para la firma Leza, Escriña & Asociados resume la realidad del sector en la que cuenta que suele ver reflejado en el sector: "Antes de tomar una cobertura climática, la pregunta que debería hacerse un empresario agrícola no es cuál es el seguro más barato, sino cuál es el más conveniente en función de la inversión realizada", concluye.

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