Las guerras del petróleo
Tampoco lo había hecho 12 años antes, en 1991, cuando otro Bush fue quien descargó las bombas sobre Bagdad. Hussein había avanzado sobre Kuwait, un país con desproporcionales reservas de crudo. Para ello debió ganar el favor de Arabia Saudita e instalar sus tropas en la Península. Paradójicamente, esa acción le haría ganar un nuevo enemigo en quien había sido un viejo en la guerra afgana de los '80s, Osama Bin Laden, quien terminó enfrentado a la corona de los Saud por permitir semejante afrenta en los márgenes de dos de las ciudades sagradas del Islam, La Meca y Medina, y declarando su odio al Gran Satán, al otro lado del Atlántico. Unas décadas antes, otra jugada política le terminaría retornando como un búmeran en el largo plazo. En 1953, un golpe de Estado con el auspicio de Washington y Londres puso al frente de Irán al Shá Reza Pahlevi, luego de que el premier Mohammed Mossadegh dispusiera la nacionalización del petróleo persa. En 1979, la Revolución Islámica lo derrocó, junto a cualquier vínculo de amistad con los Estados Unidos. Luego la Casa Blanca debió dar asilo al Rey de Reyes.
En el Pacífico, el pulso de la guerra también estaría marcado por el petróleo.Si bien fue el ataque a Pearl Harbor el detonante para su ingreso a la II Guerra Mundial, la orden japonesa llegó por el embargo dictado por Washington en agosto de 1941 sobre Tokio a partir de su invasión a Manchuria y la Indochina Francesa.