

El balneario romano de Baños de Montemayor, en el valle cacereño del Ambroz, se ha convertido en la meta predilecta de quienes buscan bienestar sin abrir la cartera.
Sus manantiales brotan a 43°C todo el año y permiten darse un baño terapéutico gratuito en pleno casco histórico, un atractivo que supera las plazas disponibles en muchos programas del Imserso.
La localidad, de apenas 700 habitantes, luce un patrimonio que la Organización Mundial del Turismo destacó en 2023 al situarla entre los pueblos más bonitos de España. Iglesias góticas, calzadas romanas y sierras cubiertas de castaños completan un paisaje que alivia tanto la vista como las articulaciones.
¿Por qué las aguas de Baños de Montemayor resultan tan apreciadas para la salud?
Los manantiales emergen cargados de sodio, calcio y azufre, una combinación que médicos especialistas recomiendan para reuma, afecciones cutáneas y problemas respiratorios.

A diferencia de otros complejos termales, el acceso a la piscina pública que canaliza estas aguas sigue siendo gratuito por acuerdo municipal, siempre que el aforo lo permita y se respeten los turnos de uso establecidos.
Quien desee tratamientos más específicos puede acudir al balneario histórico, gestionado por la Junta de Extremadura. Allí se ofrecen inhalaciones, duchas filiformes y chorros a presión con tarifas reducidas para mayores de 65años.
Muchos pensionistas combinan ambas opciones: se relajan en la poza al aire libre por la mañana y reservan una sesión médica por la tarde.
¿Qué planes culturales y gastronómicos completan la escapada?
La ruta más popular arranca en la iglesia de Santa Catalina, ejemplo del gótico serrano, y desciende hasta las termas romanas excavadas bajo el actual balneario. El Museo de la Ruta de la Plata explica cómo los legionarios utilizaban estas aguas para recuperarse después de marchas y combates.

Fuera del núcleo urbano, senderos señalizados atraviesan castañares y cerezales. El Camino Natural de la Vía Verde permite caminar o pedalear hasta Hervás sin grandes desniveles, ideal para personas con movilidad limitada.
Al volver, la recompensa llega en forma de cocina extremeña: jamón de la dehesa, quesos de cabra curados en pimentón y dulces de castaña que prolongan la experiencia de bienestar más allá del baño termal.


