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Durante el Congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PSE) celebrado en Ámsterdam, Pedro Sánchez defendió la creación de un salario mínimo común para toda la Unión Europea, una iniciativa que, según sostuvo, garantizaría condiciones laborales más justas y fortalecería la cohesión social en el bloque comunitario.

En su discurso de clausura, el también líder del PSOE remarcó que la prioridad debe ser ofrecer respuestas concretas a los problemas cotidianos de los ciudadanos.

Sánchez llamó a los partidos progresistas europeos a movilizarse frente al avance de la ultraderecha, a la que acusó de aprovechar el descontento social para debilitar los valores democráticos y solidarios del proyecto europeo. "Nuestra fuerza está en la justicia social, en proteger a los trabajadores y en construir una Europa más igualitaria", señaló.

¿Por qué propone un salario mínimo común en la UE?

La idea de un salario mínimo unificado busca reducir las desigualdades laborales entre los Estados miembros y evitar la competencia salarial a la baja.

En la actualidad, las diferencias son notorias: mientras que Luxemburgo supera los 2500 euros mensuales, en países del este europeo no alcanza los 500. Esta brecha, según Sánchez, atenta contra la convergencia económica y la equidad social que la Unión Europea pretende alcanzar.

Eleganza

El mandatario español recordó que España ha sido uno de los países que más incrementó el salario mínimo en los últimos años, situándolo en el 60% del salario medio, conforme a las recomendaciones de la Comisión Europea.

La propuesta de un salario mínimo común representaría, afirmó, un paso histórico para blindar los derechos de los trabajadores europeos y reforzar la estabilidad del mercado interno.

¿Cómo se enmarca esta propuesta en la estrategia socialista europea?

La defensa de un salario mínimo común se enmarca en una estrategia más amplia del socialismo europeo que busca diferenciarse de las políticas conservadoras y populistas.

En el encuentro del PSE, los líderes socialistas coincidieron en la necesidad de una Europa más justa, sostenible y solidaria. La medida pretende situar al trabajo digno como eje central de la agenda social de la próxima década.

Sánchez instó a que el proyecto europeo avance en una "Europa de derechos, no de privilegios", destacando que solo mediante políticas laborales compartidas se podrá sostener la unidad económica y social de los 27 países.

Su discurso fue recibido con aplausos por parte de los delegados, que coincidieron en que la igualdad salarial y la protección social deben ser pilares innegociables del futuro de la Unión.