

En esta noticia
El PP anunció que citará a Paco Salazar en la Comisión de investigación del caso Koldo para que “rinda cuentas”. La portavoz popular en el Senado, Alicia García, aseguró que Salazar “no era un desconocido para Pedro Sánchez, era el quinto del Peugeot”. La dirigente criticó que el presidente quiera “silenciar el escándalo sexual con ceses de segunda o de tercera”.
García remarcó: “No admitimos un cierre en falso del caso Salazar. Vamos a llegar hasta el final”. También sostuvo que el exasesor “ayudó a ganar las primarias” a Sánchez, quien, según dijo, “calla, protege y mira hacia otro lado”. Para el PP, el caso constituye “un nuevo caso de encubrimiento” y un episodio de “complicidad de Pedro Sánchez con el delito”.
Según la portavoz, Salazar conocía “las primarias”, “los chanchullos” y “la banda del Peugeot”. El partido acusa además al exasesor de usar su cargo para “comportamientos intolerables con mujeres” y cobrar dinero “de origen desconocido” dentro de la trama.
La respuesta del PSOE y la admisión de falta de celeridad

La ministra portavoz, Pilar Alegría, reconoció que el PSOE no actuó con la “celeridad necesaria” en torno a la investigación interna sobre Salazar. Aseguró que el informe abierto sobre las denuncias de varias trabajadoras de Moncloa “podría finalizarse en próximas fechas”, aunque no precisó cuándo.
Alegría destacó que será la comisión encargada la que decida los siguientes pasos, “entre ellos el posible envío del caso a la fiscalía”. También subrayó que el protocolo de apoyo a víctimas creado el verano pasado “no hay otro partido que lo tenga”.
La portavoz recordó que el cese del exalto cargo fue “inmediato” y que tras ello se habilitó un canal de denuncias que destapó casos en otras federaciones, como el de Antonio Navarro en Torremolinos. Pese al malestar interno, Alegría defendió el compromiso del PSOE con la igualdad y afirmó que el partido no admitirá “lecciones de la derecha y ultraderecha”.
El contexto político y la ofensiva parlamentaria
El PP sostiene que el caso no puede cerrarse con la salida de Antonio Hernández, mano derecha de Salazar, a quien el Consejo de Ministros destituirá mañana. Para los populares, el Gobierno intenta minimizar el impacto del escándalo en un momento de desgaste.

En paralelo, el PSOE intenta contener el daño y reforzar su protocolo interno. La ministra insistió en que el informe se resolverá pronto y que el proceso busca “depurar responsabilidades”.
El clima político se tensa en un final de año marcado por investigaciones cruzadas, presiones parlamentarias y acusaciones de encubrimiento.


