

La figura de Amancio Ortega es conocida en todo el mundo como el fundador de Inditex, el grupo de moda que agrupa marcas como Zara, Massimo Dutti y Bershka. Gracias a su participación mayoritaria -cercana al 59%- en la compañía, recibe dividendos millonarios que nutren su fortuna personal.
Pero más allá del imperio textil, Ortega ha construido un negocio paralelo que se ha convertido en su principal fuente de ingresos: la inversión inmobiliaria, a través de su sociedad Pontegadea. Diversifica con propiedades de primer nivel en las ciudades más rentables del planeta.
El verdadero motor de su riqueza
El corazón del secreto de su riqueza no es Zara, sino su estrategia como casero de gigantes globales. A través de Pontegadea, Ortega posee más de 120 propiedades valoradas en casi 20.000 millones de euros, repartidas por Europa, América del Norte y otras regiones.

Entre sus edificios más emblemáticos destacan sedes de empresas como Amazon, Meta o The Economist. El Royal Bank Building en Toronto (800 millones de euros), The Post Building en Londres (700 millones de euros) o el Adelphi Building (680 millones de euros) son ejemplos de activos de alto impacto.
Estos inmuebles generan rentas anuales cercanas a los 1000 millones de euros, sólo en alquileres de compañías como Inditex, Amazon o Apple.
Una estrategia con reinversión constante
Ortega dirige Pontegadea con una lógica clara: reinvertir sus dividendos, sin endeudarse. Gracias a sus más de 3100 millones de euros de ingresos por dividendos previstos en 2025, va adquiriendo activos élite en ubicaciones clave sin necesidad de pedir financiación externa.
Esta fórmula le ha permitido seguir creciendo mientras mantiene un perfil financiero sólido.
En España, por ejemplo, en 2025 cerró una compra destacada: el edificio que alberga la sede del Grupo Planeta en Barcelona por 250 millones de euros, la mayor adquisición en el territorio nacional desde la Torre Cepsa en 2016.
También consolidó su presencia en Luxemburgo con la adquisición del inmueble arrendado a Clifford Chance, y centralizó su estructura europea desde una nueva sociedad en Luxemburgo que agrupa filiales de oficina en varios países.

Claves de su éxito como magnate del ladrillo
El éxito de Amancio Ortega en el sector inmobiliario no es fruto del azar. Su estrategia se basa en la adquisición de propiedades situadas en ubicaciones premium dentro de ciudades clave como Londres, Madrid, París, Nueva York o Toronto.
Estos activos de alta gama están ubicados en zonas financieras y comerciales de gran valor, donde la demanda de alquiler es constante y los precios se mantienen estables o al alza.
Así, Ortega reinvierte los dividendos millonarios que recibe de Inditex para seguir ampliando su cartera inmobiliaria sin comprometer su solidez económica.




