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Gonzalo Bernardos, economista y profesor universitario, se ha pronunciado sobre la crisis de vivienda que atraviesa España. Y es que el mercado inmobiliario está experimentando una fase de crecimiento y sobrecalentamiento con subidas significativas en los precios de la vivienda.

Según el economista, el Gobierno debe ofrecer seguridad jurídica e incentivos fiscales a los propietarios. Su análisis apunta a una fórmula concreta para intentar revertir una tendencia que asfixia a miles de familias en todo el país.

El economista ha pronosticado un futuro desolador para la vivienda en España. (Imagen: archivo)
El economista ha pronosticado un futuro desolador para la vivienda en España. (Imagen: archivo)

De hecho, el objetivo apunta a dinamizar el mercado del alquiler desde la raíz, al buscar una consecuencia directa y muy necesaria: aumentar la oferta de vivienda disponible. Bernardos plantea que solo con más inmuebles en el mercado se podrá aliviar la enorme presión sobre los precios, que actualmente devoran una parte desproporcionada de los salarios y convierten la emancipación en una carrera de obstáculos casi insalvable.

Gonzalo Bernardos, economista, tajante con el futuro de la vivienda

En este panorama sombrío, Bernardos advierte que, si no se aplican medidas firmes, España podría enfrentarse a un cambio drástico en su forma de vida. Su pronóstico es tan claro como inquietante: "Vamos a ver a personas viviendo en rulotes". Según el economista, esta situación vendría acompañada por un incremento en el alquiler de habitaciones y la expansión de las infraviviendas o "zulos", que se convertirían en la única alternativa para los más vulnerables.

Por todo ello, la advertencia del economista resuena como un aviso final ante la inacción. El problema ha dejado de ser una simple tensión en el mercado inmobiliario para convertirse en una emergencia social que deja a miles de personas sin un proyecto de vida estable.

La conclusión de su análisis es tajante: o se adoptan medidas firmes para contener el mercado, o una parte de la población quedará relegada a los márgenes del acceso a la vivienda.