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En España, el mercado laboral sigue enfrentando desafíos estructurales que complican la igualdad de oportunidades y la participación de grupos diversos en la economía. Entre ellos, el papel de las ayudas al desempleo se ha situado en el centro de un debate no solo técnico, sino social y económico.

Un reciente informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha puesto el foco en cómo se diseñan las prestaciones por desempleo para trabajadores de mayor edad.

Según este organismo, algunas de las normas actuales podrían estar reduciendo el incentivo para que las personas mayores de 52 años regresen al empleo activo, con posibles efectos negativos sobre la productividad y la participación laboral global.

Un informe reciente de la OCDE analiza el impacto de determinadas prestaciones en el mercado laboral español.
Un informe reciente de la OCDE analiza el impacto de determinadas prestaciones en el mercado laboral español.

Qué dice la OCDE sobre el subsidio a mayores de 52 años

El informe de la OCDE sobre España advierte de que el subsidio para parados mayores de 52 años presenta características que lo diferencian claramente de otras prestaciones por desempleo del país y de las fórmulas vigentes para trabajadores más jóvenes.

En concreto, este subsidio:

  • No tiene límite de duración: los beneficiarios pueden recibirlo hasta alcanzar la edad legal de jubilación sin plazo fijo.
  • Está exento de pruebas de recursos a nivel familiar y solo se valora de forma individual.
  • Cotiza a la Seguridad Social por encima de la base mínima (un 125%), lo que mejora los derechos para la futura pensión de jubilación.

Estas condiciones hacen que, en muchos casos, la prestación sea más competitiva económicamente que aceptar una oferta de empleo de salario bajo o moderado. Por eso, el organismo internacional considera que el diseño actual puede convertirse en un freno real para volver a trabajar, especialmente para aquellos que se aproximan a la edad de jubilación.

Además, la OCDE señala que más del 70% de los perceptores de subsidios por desempleo tienen 50 años o más, mientras que hace menos de una década esa proporción era considerablemente menor, en torno al 52%. Esta evolución, según el informe, indica que las prestaciones no contributivas se han convertido en una opción estructural para muchos desempleados senior.

Por qué puede desincentivar el empleo

El núcleo de las críticas del informe se centra en la comparación entre lo que se percibe por la prestación y lo que se podría ganar con un trabajo estable de baja remuneración. En muchos casos, señalan los expertos, la prestación puede ofrecer una mejor ecuación económica que un salario moderado con contrato laboral.

Este fenómeno tiene, en opinión de la OCDE, varias implicaciones:

  • Reducción de la oferta efectiva de trabajo, lo que puede agravar la escasez de mano de obra en sectores con baja productividad.
  • Menor movilidad laboral entre trabajadores de más edad que, aún teniendo capacidad y experiencia, optan por prolongar la percepción del subsidio.
  • Presión sobre el sistema de pensiones, ya que la cotización preferencial puede incrementar los derechos a futuras prestaciones.

El organismo recomienda que la prestación asistencial no contributiva para desempleados se reforme, de manera que los trabajadores de todas las edades reciban un apoyo coherente y equitativo. Entre las propuestas figura:

  • Restringir la acumulación de cotizaciones a la fase contributiva, no a la asistencial.
  • Introducir pruebas de ingresos a nivel del hogar para ajustar el nivel de la ayuda.
  • Limitar la duración del subsidio y aplicar de forma estricta los requisitos de búsqueda activa de empleo.

Estas medidas buscan, según la OCDE, fortalecer los incentivos al empleo y hacer que la decisión de aceptar un trabajo remunerado tenga más beneficios netos que continuar con la prestación social.

Qué impacto tendría reformar esta ayuda

Más allá del debate técnico, la propuesta de reformar el subsidio a mayores de 52 años tiene implicaciones económicas y sociales relevantes. La OCDE pone de relieve que España enfrenta un envejecimiento poblacional acelerado y que la participación de trabajadores sénior en el mercado de trabajo es clave para sostener el crecimiento y la oferta de empleo.

Un análisis del propio informe señala que, junto a otras reformas laborales, ajustar las prestaciones por desempleo para que no penalicen el retorno al trabajo puede ayudar a:

  • Incrementar la oferta laboral activa, especialmente entre trabajadores con experiencia.
  • Mejorar la productividad general, al atraer a más personas hacia puestos de empleo remunerado.
  • Reducir la dependencia de prestaciones asistenciales, al equilibrar incentivos y beneficios entre empleo y subsidio.
El organismo internacional advierte que algunas ayudas pueden resultar más atractivas que aceptar empleos de baja remuneración.
El organismo internacional advierte que algunas ayudas pueden resultar más atractivas que aceptar empleos de baja remuneración.

Expertos coinciden en que el diseño de ayudas por desempleo no solo debe garantizar un ingreso mínimo durante situaciones de desempleo sino también promover la reinserción laboral activa y sostenible, algo que, según la OCDE, requiere ajustes estructurales bien calibrados.

El debate sobre el subsidio a mayores de 52 años abre una reflexión más amplia sobre cómo equilibrar protección social y dinamismo laboral en un mercado de trabajo con retos demográficos y estructurales cada vez más acuciantes.