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La pensión no contributiva es una prestación económica destinada a personas que, debido a su situación de necesidad, carecen de rentas suficientes para su subsistencia y no han cotizado lo suficiente al Sistema de Seguridad Social para tener derecho a una pensión contributiva.

Esta ayuda, que forma parte del sistema de bienestar social en España, está diseñada para garantizar un nivel básico de ingresos a quienes se encuentran en una situación económica vulnerable.

Además de cubrir las necesidades económicas de los beneficiarios, la pensión no contributiva ofrece otros beneficios, como servicios médicos gratuitos y servicios sociales complementarios, asegurando una atención integral.

Adiós a las pensiones en 2025: razones por las que podrían dejar de pagarte ya (foto: archivo).
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Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen límites de ingresos anuales establecidos por la legislación española. Si los ingresos del beneficiario superan estos umbrales, se puede perder el derecho a percibir la pensión, ya que la ayuda está orientada a quienes no disponen de recursos suficientes para su subsistencia.

Requisitos esenciales para obtener una pensión no contributiva

Para solicitar una pensión no contributiva, no es necesario haber realizado aportes a la Seguridad Social; sin embargo, es imprescindible cumplir con ciertos requisitos. Estos requisitos varían según se trate de una pensión de jubilación o de invalidez.

Pensión no contributiva de jubilación:

  • Edad mínima de 65 años o más.
  • Residencia en territorio español durante un período mínimo de 10 años, de los cuales 2 deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud.

Pensión no contributiva de invalidez:

  • Tener 18 años o más, pero menos de 65.
  • Haber residido en España durante un total de 5 años, con al menos 2 de ellos consecutivos e inmediatos a la solicitud.
  • Presentar un grado de discapacidad igual o superior al 65%.

Adicionalmente, tanto para la pensión de jubilación como para la de invalidez, es necesario cumplir con un requisito común: no superar el umbral de ingresos establecido.

Claves para mantener la pensión no contributiva

Una de las condiciones fundamentales para mantener la pensión no contributiva es la correcta declaración de los ingresos anuales. Hasta el 31 de marzo de cada año, los beneficiarios están obligados a presentar la declaración anual de ingresos.

Adiós a las pensiones en 2025: razones por las que podrían dejar de pagarte ya (foto: archivo).
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La falta de presentación no conlleva la pérdida definitiva de la pensión, sin embargo, puede resultar en la suspensión temporal de la misma hasta que se complete la documentación requerida.

El certificado de fe de vida constituye otro de los documentos que deben ser presentados en el primer trimestre de cada año. La omisión de este requisito puede ocasionar la suspensión temporal de la pensión.

Es de suma importancia que los beneficiarios informen al IMSERSO sobre cualquier cambio significativo en su situación, tales como modificaciones en la dirección postal, así como en su situación personal o económica, dentro de un plazo máximo de 30 días. La falta de notificación de estos cambios podría repercutir negativamente en la continuidad del cobro de la pensión.

¿Cuál es el límite de ingresos para mantener tu pensión?

Como se ha indicado, los ingresos anuales no deben exceder los 7250,60 euros para mantener el derecho a la pensión no contributiva. Esto abarca todos los ingresos que el beneficiario pueda percibir, incluyendo salarios, pensiones y otros tipos de ayudas.

Si se sobrepasan estos límites, el solicitante o beneficiario perdería su derecho a la prestación.

Es fundamental considerar que la pensión no contributiva proporciona apoyo adicional, como atención médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios.