

La alimentación juega un papel relevante en la salud cerebral y en la prevención de enfermedades crónicas. En ese contexto, los ácidos grasos omega-3 han ganado protagonismo por su posible relación con el funcionamiento cognitivo y el bienestar emocional.
Sin embargo, no todos los pescados aportan estos nutrientes en la misma proporción. Hay una opción que destaca por su perfil nutricional y que suele aparecer con frecuencia en las recomendaciones de especialistas: el salmón.
Diferentes estudios indican que su consumo regular se ha vinculado a beneficios para la salud del cerebro, siempre dentro de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.

Por qué los omega-3 son importantes para el cerebro
Los omega-3, en especial el DHA y el EPA, son ácidos grasos esenciales que participan en la estructura de las membranas neuronales y en procesos relacionados con la inflamación y la comunicación entre células nerviosas.
Según la Mayo Clinic, estos ácidos grasos se asocian con una mejor función cognitiva y podrían desempeñar un papel protector frente al deterioro cognitivo relacionado con la edad, aunque no sustituyen a tratamientos médicos ni previenen por sí solos enfermedades neurodegenerativas.
Además, distintos estudios observacionales han encontrado una relación entre un mayor consumo de pescado azul y un menor riesgo de síntomas depresivos, aunque los expertos insisten en que se trata de asociaciones, no de efectos garantizados.
El salmón y su perfil nutricional
El salmón es uno de los pescados con mayor contenido de omega-3. Aporta, además, proteínas de alta calidad, vitamina D, vitaminas del grupo B y minerales como el selenio.
De acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), incluir pescado azul en la dieta varias veces por semana contribuye a cubrir las necesidades de estos ácidos grasos esenciales.
A diferencia de pescados más magros, el salmón ofrece una cantidad significativa de grasas saludables, lo que explica que aparezca con frecuencia en las recomendaciones nutricionales relacionadas con la salud cardiovascular y cerebral.
Qué dice la evidencia sobre depresión y Alzheimer
Algunos estudios han observado que las personas con un consumo habitual de pescado rico en omega-3 presentan menores tasas de depresión y un menor riesgo de deterioro cognitivo. Sin embargo, las principales organizaciones sanitarias subrayan que estos resultados no permiten afirmar que un alimento concreto “prevenga” enfermedades como el Alzheimer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que la prevención del deterioro cognitivo depende de múltiples factores: alimentación, actividad física, estimulación mental, control de enfermedades cardiovasculares y hábitos de vida saludables.
En este sentido, el salmón puede formar parte de una estrategia dietética beneficiosa, pero no actúa de forma aislada ni sustituye a otras medidas preventivas.
Cómo incluirlo en la dieta de forma equilibrada
Los expertos recomiendan consumir pescado azul dos o tres veces por semana, alternando distintas especies para evitar una ingesta excesiva de contaminantes y asegurar variedad nutricional.
El salmón puede prepararse al horno, a la plancha o al vapor, acompañado de verduras y cereales integrales. También se aconseja priorizar productos de origen controlado y moderar el consumo en personas con necesidades dietéticas específicas.

El interés por alimentos ricos en omega-3 refleja una preocupación creciente por la salud cerebral. No obstante, los especialistas insisten en que no existe un alimento único capaz de prevenir la depresión o el Alzheimer.Una dieta variada, rica en pescado, frutas, verduras y grasas saludables, junto con ejercicio regular y hábitos saludables, sigue siendo la recomendación principal para cuidar el cerebro a largo plazo.




