

La nueva Ley de Alquileres ha introducido cambios clave en los derechos de los inquilinos en España. Entre las principales modificaciones se destaca que, en determinadas condiciones, los propietarios no podrán desahuciar a sus inquilinos sin aviso previo, reforzando así las garantías jurídicas de quienes alquilan su vivienda habitual.
La medida responde al aumento de desalojos en los últimos años y al contexto social actual, donde la vivienda se ha convertido en uno de los ejes del debate político. Con esta reforma, se pretende evitar situaciones de vulnerabilidad residencial y aportar más previsibilidad al mercado del alquiler.

Qué dice la ley sobre el desahucio sin aviso
A través de una publicación en redes sociales del abogado Alberto Sánchez, conocido en TikTok como @legalmente.rrss, se indica que la legislación ahora prohíbe a los propietarios iniciar un desalojo inmediato sin haber notificado al inquilino con antelación suficiente, salvo en casos excepcionales contemplados en la normativa.
Esto implica que cualquier intento de expulsar al arrendatario sin procedimiento ni notificación previa será considerado ilegal. Para poder ejecutar un desahucio, el arrendador debe acreditar incumplimientos contractuales como impago reiterado de la renta o daños graves a la vivienda.
Incluso en esos casos, se requiere una comunicación formal previa y seguir un procedimiento judicial con plazos establecidos.
Además, cuando se trata de personas en situación de vulnerabilidad, como familias con menores, personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social, los tribunales están obligados a evaluar el contexto y suspender el desalojo si no se ha ofrecido una solución habitacional alternativa, conforme a lo dispuesto por la ley de vivienda en vigor.
Cuáles son las condiciones para evitar un desahucio inmediato
Para que un inquilino esté protegido frente a un desalojo repentino, debe cumplir ciertos requisitos básicos:
- Estar al corriente de pago o demostrar voluntad de regularizar la situación.
- No incurrir en actividades ilegales dentro de la vivienda.
- Mantener el uso residencial como vivienda habitual, sin subarrendamientos irregulares.
- En casos de impago justificado por desempleo o enfermedad, se pueden activar mecanismos de mediación o aplazamiento antes de iniciar el proceso judicial.
La ley también establece que, si se trata de un arrendador persona jurídica (empresa o fondo de inversión), está obligado a iniciar un proceso de conciliación previo al desahucio, en el cual se analicen opciones de renegociación o acuerdos extrajudiciales.
Este marco normativo busca equilibrar el derecho del propietario a recuperar su inmueble con la protección social del inquilino ante situaciones económicas o personales imprevistas.
Cómo afecta esta medida al mercado del alquiler
El refuerzo legal ha sido valorado positivamente por asociaciones de inquilinos, que ven en esta normativa un avance en la lucha contra los desalojos exprés y una herramienta para frenar los abusos contractuales.
También organismos como el Defensor del Pueblo han respaldado las medidas como una forma de garantizar el derecho a una vivienda digna, reconocido en la Constitución Española.

No obstante, algunos propietarios han manifestado su preocupación por la posible inseguridad jurídica que genera esta ley. Desde asociaciones del sector inmobiliario se advierte que, si bien es necesario proteger al inquilino, también se deben mantener mecanismos ágiles para los casos de morosidad persistente.En cualquier caso, el cambio normativo obliga a todas las partes (inquilinos, propietarios, administradores y jueces) a conocer con detalle los procedimientos legales y las condiciones contractuales, para evitar conflictos que puedan derivar en sanciones o procesos prolongados.




