

Las transformaciones tecnológicas han marcado a cada generación con avances que redefinen la forma de vivir y trabajar. Desde la revolución industrial hasta la llegada de internet, la humanidad ha debido adaptarse a cambios que alteraron sus sistemas económicos, sus rutinas y hasta la idea misma de progreso.
En ese recorrido, la inteligencia artificial (IA) se presenta como la innovación más disruptiva del siglo XXI. Así lo sostiene Bill Gates, quien durante un encuentro en India compartió una visión que redefine el vínculo entre empleo, educación y propósito personal.
Para el creador de Windows, el mundo se encamina hacia un escenario donde la inteligencia será gratuita y los trabajos dejarán de ser la base de la sociedad.

"La inteligencia será gratuita"
Gates explicó que la IA representa "un avance profundamente transformador que cambiará la vida y todas las actividades de manera significativa". Recordó que en su juventud los ordenadores eran tan escasos que incluso llegó a colarse en laboratorios nocturnos para usarlos. Hoy, en cambio, la informática se ha vuelto accesible y omnipresente.
Esa misma evolución se dará con la inteligencia: "Hoy la inteligencia es escasa. Médicos brillantes, ingenieros brillantes... incluso operadores de llamadas. Pero con la IA, esa inteligencia será gratuita".
Gates aseguró que esto tendrá un impacto inmediato en áreas como la salud y la educación, donde veremos "una explosión de tutores personalizados y médicos virtuales" capaces de atender a millones de personas de manera simultánea.
Qué pasará con los empleos en el futuro
El filántropo reconoció que esta transición genera incertidumbre. "Los empleos son un artefacto de la escasez", afirmó. Según su visión, muchas ocupaciones históricamente surgieron porque alguien debía suplir carencias: ser granjero, manejar un camión, fabricar productos básicos.
Con la IA, esa lógica cambia. "No nacimos para trabajar, nacimos para vivir", dijo. A medida que las máquinas asuman tareas humanas, se abrirá un espacio para más tiempo libre y, sobre todo, para un debate filosófico: cómo encontrar propósito en un mundo donde ya no será necesario trabajar para sobrevivir.

Un cambio difícil de imaginar
Gates admitió que para quienes crecieron en un sistema basado en la escasez resulta complicado concebir ese futuro. "Después de 70 años en un mundo de carencias, cuesta reprogramar el cerebro para aceptar un mundo de abundancia", señaló.
Sin embargo, se mostró optimista sobre la capacidad de adaptación de las nuevas generaciones, en especial de los jóvenes de países emergentes como India, donde medio millar de menores de 25 años ingresarán al mercado laboral en la próxima década.
Para Gates, no se trata de que la IA quite empleos, sino de que permita a la sociedad "elegir qué tareas queremos que hagan las máquinas y en qué ámbitos preferimos mantener la intervención humana".





