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La histeroscopia se ha convertido en la técnica de referencia para explorar el interior del útero cuando aparecen sangrados anómalos, infertilidad o dolores pélvicos persistentes.

Durante años, ese examen exigía quirófano, anestesia general y una recuperación que podía alargarse varios días. En un contexto de listas de espera y presión sobre los sistemas de salud, cualquier método que acorte la visita entra directo al radar de los hospitales.

Aquí entra en escena el doctor José San Martín, ginecólogo de Houston Methodist y director de la clínica San Martin OB/GYN en Texas. Su equipo apuesta por la histeroscopia de oficina, un procedimiento que emplea ópticas de apenas 3 mm, se realiza en consulta y, lo más llamativo, prescinde por completo de la anestesia.

El resultado: detectar pólipos, miomas y otras alteraciones en menos de un cuarto de hora, con la paciente vestida y lista para retomar su día.

La histeroscopia se ha convertido en la técnica de referencia para explorar el interior del útero cuando aparecen sangrados anómalos, infertilidad o dolores pélvicos persistentes. (Imagen: archivo)
La histeroscopia se ha convertido en la técnica de referencia para explorar el interior del útero cuando aparecen sangrados anómalos, infertilidad o dolores pélvicos persistentes. (Imagen: archivo)

El telescopio que cabe en un bolígrafo: así se hace la histeroscopia exprés

La versión "exprés" parte de un endoscopio ultrafino que se introduce por la vagina sin usar espéculo ni pinzas para sujetar el cuello uterino. El canal del instrumento administra solución salina templada para distender la cavidad y permitir una visión panorámica de la pared endometrial.

Gracias a la cámara HD integrada, San Martín proyecta las imágenes en un monitor que la paciente puede ver en tiempo real, convirtiendo la exploración en una consulta participativa y educativa.

Cuando el especialista localiza un pólipo de menos de 2 cm o un mioma submucoso pequeño, activa microtijeras motorizadas que lo resecan al instante. El tejido sale por el mismo canal de entrada, eliminando la necesidad de una segunda intervención.

En total, el procedimiento rara vez supera los 15 minutos, y el sangrado se limita a un manchado leve que desaparece en 24 horas. Importante: la técnica emplea CO a baja presión para minimizar dolor y mareos, un extra que marca la diferencia frente a métodos más antiguos.

Dolor mínimo, recuperación exprés: la evidencia que respalda el método

La gran pregunta de cualquier paciente es la misma: ¿duele? La literatura científica ofrece tranquilidad. Un ensayo aleatorio con 115 mujeres comparó la histeroscopia tradicional con la de consulta sin anestesia y reportó un índice de dolor de 3,8 frente a 5,3 en la escala visual analógica; además, el 90 % volvería a repetir el procedimiento de oficina.

En total, el procedimiento rara vez supera los 15 minutos, y el sangrado se limita a un manchado leve que desaparece en 24 horas. (Imagen: Shutterstock)
En total, el procedimiento rara vez supera los 15 minutos, y el sangrado se limita a un manchado leve que desaparece en 24 horas. (Imagen: Shutterstock)

La American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG)respalda estos datos y señala beneficios añadidos: recuperación más rápida, menor ansiedad y ahorro de recursos quirúrgicos que pueden reservarse para casos complejos.

Los estudios insisten en la seguridad: las complicaciones serias (perforaciones, hemorragias abundantes) se sitúan por debajo del 1 %. Incluso en países de ingresos medios, trabajos recientes muestran que el 73 % de las pacientes reporta dolor nulo o leve 15 minutos después de la exploración, lo que les permite abandonar la clínica caminando por sus propios medios.

San Martín cita su propia experiencia con más de 300 procedimientos: "En siete años no hemos tenido que derivar a quirófano a ninguna paciente por complicaciones".

¿Para quién sirve y cuánto cuesta este procedimiento en España?

La histeroscopia de oficina está indicada cuando se sospechan alteraciones endometriales menores: pólipos, miomas submucosos pequeños, restos placentarios tras un aborto o incluso sinequias leves que pueden interferir con la fertilidad. También es la prueba de elección para evaluar sangrado postmenopáusico antes de recurrir a técnicas más invasivas. En mujeres con coagulopatías, la posibilidad de evitar anestesia es un argumento de peso.

En el ámbito privado español, el precio oscila entre 300 y 600 euros, según ciudad y cobertura de seguro, frente a los 1200 euros de la histeroscopia hospitalaria. Los centros públicos han empezado a incorporar unidades de consulta rápida, pero la oferta sigue limitada a grandes capitales. Mientras tanto, clínicas privadas como las de Madrid o Barcelona ya ofertan la técnica con listas de espera inferiores a dos semanas.

Para las pacientes, el mensaje es claro: si sufres sangrados irregulares o una ecografía detecta un engrosamiento endometrial, preguntar por la histeroscopia sin anestesia puede ahorrarte tiempo, dinero y una convalecencia innecesaria.