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La desaparición de obras de arte suele estar vinculada al crimen organizado, robos planificados o mercados negros internacionales. Pero a veces, la realidad supera a la ficción.
Eso es lo que ha ocurrido con "Naturaleza muerta con guitarra", un cuadro de Pablo Picasso valorado en 600.000 euros, que estuvo desaparecido varios días. Lo que se creía un robo acabó siendo un despiste y una confusión vecinal que ha sorprendido incluso a la Policía.
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Qué sucedió en verdad con el cuadro de Picasso
El lienzo debía ser transportado desde un inmueble en la avenida Pío XII de Madrid hasta un almacén, como paso previo a su traslado final a Granada, donde iba a formar parte de la exposición Bodegón, organizada por el centro cultural CajaGranada.
La empresa de transporte recogió varias piezas, pero se olvidó una: el pequeño cuadro de Picasso quedó solo en el portal del edificio. Una vecina del inmueble lo vio, pensó que era un paquete común y lo subió a su casa sin abrirlo. "Pensó que era el paquete de un pedido", según indicaron fuentes de la investigación a la agencia EFE.
Durante varios días, la obra permanecía olvidada y arrinconada en su vivienda. Mientras tanto, los organizadores en Granada detectaban que una de las 57 piezas no había llegado. El 10 de octubre, CajaGranada presentó una denuncia formal por la desaparición del cuadro.
La vecina ató cabos por una noticia
La Policía inició una investigación inmediata, interrogando a transportistas, empleados del almacén y cualquier otra persona con posible contacto con la obra. Sin embargo, el cuadro seguía sin aparecer. La tensión aumentaba entre investigadores y organizadores.
Fue entonces cuando el azar jugó su parte. El marido de la vecina, al ver la noticia en los medios sobre el cuadro desaparecido, lo comentó en casa. Ella recordó el paquete que había recogido días antes. "¿Será ese el cuadro de Picasso que buscan?", se preguntó. Y no falló.
Tras comprobar la posibilidad, el matrimonio contactó de inmediato con la Policía. Hoy, la Policía Científica abrió el paquete y confirmó su autenticidad. Era el cuadro que había traído de cabeza a propietarios, transportistas y autoridades.
Un final feliz para una historia extraña
"Seguramente se han llegado a sentir sospechosos de un robo que nunca existió", afirmaron fuentes cercanas a la investigación, en referencia a los trabajadores implicados. El error humano, tanto de los transportistas como de la vecina, derivó en un misterio que tuvo en vilo durante días a las autoridades y al mundo del arte.
Finalmente, la obra podrá ser exhibida en Granada como estaba previsto. Y la anécdota pasará a formar parte de las historias más curiosas en torno a la figura de Pablo Picasso, donde el arte, el azar y lo cotidiano se entremezclan de forma insólita.
