

El pescado es uno de los pilares de la dieta mediterránea y una fuente habitual de proteínas, ácidos grasos omega-3 y minerales. Sin embargo, no todas las especies aportan los mismos beneficios ni presentan el mismo perfil de seguridad alimentaria.En los últimos meses, advertencias de profesionales sanitarios han puesto el foco en tres pescados muy presentes en supermercados cuyo consumo frecuente puede no ser la mejor opción. La recomendación no es eliminarlos por completo, sino conocer sus características y ajustar su ingesta dentro de una alimentación equilibrada.

Por qué algunos pescados generan más dudas que otros
Los expertos explican que las diferencias entre pescados se deben a factores como el origen, el tipo de alimentación, el entorno de cría y la posible acumulación de contaminantes. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recuerda que ciertas especies pueden concentrar metales pesados u ofrecer un perfil nutricional más limitadoAdemás, no todos los pescados son igual de ricos en omega-3, un nutriente clave para la salud cardiovascular. Por eso, las recomendaciones actuales apuestan por variar las especies y priorizar aquellas con mayor valor nutricional.
Panga: bajo aporte nutricional y origen controvertido
El panga es uno de los pescados más económicos y consumidos, pero también uno de los más cuestionados. Se trata de un pez de agua dulce criado principalmente en acuicultura intensiva.Según especialistas en nutrición, su principal desventaja es su bajo contenido en omega-3 y micronutrientes en comparación con otros pescados. Además, informes de organismos europeos han señalado que su calidad depende en gran medida de los controles sanitarios del país de origen.Por estos motivos, los expertos aconsejan no convertirlo en una opción habitual, sino reservarlo para un consumo ocasional.
Tilapia: popular, pero con un perfil graso limitado
La tilapia es otro pescado ampliamente distribuido y de precio accesible. Aunque aporta proteínas, su contenido en grasas saludables es reducido.Estudios recogidos por la EFSA y entidades de nutrición indican que la tilapia contiene una proporción de omega-6 superior al omega-3, lo que hace que su perfil lipídico sea menos favorable que el de pescados azules.Esto no significa que sea perjudicial, pero sí que no ofrece los mismos beneficios cardiovasculares que especies como la sardina, el salmón o el jurel.
Perca: atención a contaminantes y procedencia
La perca, especialmente la procedente de ciertos entornos acuáticos, puede acumular metales pesados como el mercurio. La EFSA y la OMS recomiendan limitar el consumo de pescados con mayor riesgo de acumulación de contaminantes, sobre todo en embarazadas y niños.El riesgo depende de la procedencia y del tamaño del pez, por lo que los especialistas insisten en consultar el origen del producto y alternarlo con otras especies más seguras.
Qué recomiendan las autoridades sanitarias
Las autoridades sanitarias españolas y europeas coinciden en un mensaje claro: no se trata de dejar de comer pescado, sino de elegir mejor. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda consumir pescado varias veces por semana, alternando especies y priorizando pescados con mayor aporte nutricional.Sardinas, caballa, salmón, boquerones o trucha destacan por su mejor perfil de grasas saludables y menor riesgo cuando se consumen dentro de las cantidades recomendadas.

La clave está en la variedad y la información
Los especialistas subrayan que ningún alimento aislado determina la salud por sí solo. La clave está en una dieta variada, informada y adaptada a cada etapa de la vida.Limitar el consumo de ciertos pescados comunes, conocer su procedencia y combinarlos con opciones más nutritivas permite aprovechar los beneficios del pescado sin asumir riesgos innecesarios.


