

Entre tradiciones centenarias y el aroma inconfundible del jamón curado, Guijuelo se posiciona como el mejor pueblo de España para disfrutar del jamón ibérico.
Este destino, ubicado en el sudeste de Salamanca, ofrece una experiencia gastronómica completa que combina cultura, naturaleza y sabor. Cada rincón del pueblo rinde homenaje a uno de los productos más emblemáticos del país.
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Además de su oferta culinaria, allí se pueden visitar fábricas, museos dedicados a la industria chacinera y participar en degustaciones o actividades en las dehesas donde se crían los cerdos ibéricos.
La zona no solo es un paraíso para los paladares más exigentes, sino también una escapada perfecta para quienes buscan conocer la auténtica tradición gastronómica española.
¿Dónde queda el mejor pueblo para comer jamón ibérico?
Guijuelo se encuentra en el sudeste de la provincia de Salamanca, dentro de la comunidad de Castilla y León. Está rodeado por la Sierra de Béjar, un entorno natural de encinas y alcornoques donde pastan los cerdos ibéricos.
Esta área concentra más de 150 empresas jamoneras y chacinera, que representan una parte fundamental de la economía local y del turismo gastronómico.

¿Cómo es el jamón ibérico de Guijuelo?
El jamón ibérico de Guijuelo es reconocido por su sabor suave, textura untuosa y aroma delicado. El clima frío y seco de la zona permite un curado natural, con menor cantidad de sal, lo que le da un toque más dulce en comparación con otros jamones ibéricos.
Los cerdos se alimentan principalmente de bellota, lo que aporta grasas saludables y un sabor inconfundible. Esta denominación de origen fue la primera reconocida oficialmente en España, convirtiendo a Guijuelo en el epicentro del jamón ibérico.

Además, su producción artesanal mantiene viva una tradición transmitida de generación en generación, que hoy forma parte del patrimonio cultural y gastronómico de Castilla y León.

¿Cómo llegar desde Madrid en coche?
Guijuelo se encuentra a unos 210 kilómetros de Madrid. El trayecto en coche dura aproximadamente dos horas y media. La forma más directa es tomar la autovía A-50 desde Madrid hasta Salamanca y, desde allí, continuar por la A-66 en dirección a Béjar.
La ruta está bien señalizada y ofrece paisajes característicos de la meseta castellana, ideales para disfrutar de una escapada gastronómica de un día o un fin de semana.




