

Elon Musk fue la mano derecha del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump para esta nueva gestión y aunque el desenlace no fue lo esperado el dueño de X (ex Twitter) habia sido el encargado de "desmantelar" la burocracia del país. El fin era reformar todo el sistema de la Administración Pública Nacional y recortar "al menos dos billones de dólares" del presupuesto del Gobierno.
Para ello, Trump ha asignado a Musk la tarea de liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en inglés). Sin embargo, muchos se preguntan si ese objetivo es coherente y si su reciente amistad sobrevivirá a los desafíos del ejercicio del poder.
Si bien Musk se habia afirmado que esto seria "una sacudida al sistema y a cualquier implicado en el despilfarro gubernamental, que es un montón de gente", sugiriendo que podría implicar el despido de miles de empleados públicos.
Tal fue la sorpresa cuando solo meses desde ello fue también él quien salio dejo de trabajar en el estado con graves acusaciones contra el presidente. Vinculandolo en el Caso Epstein y aseverando que el ambicioso proyecto de ley fiscal y de política interna impulsado por Trump, al que calificó como un "gasto descabellado".

El plan de Elon Musk para despedir a empleados públicos
De acuerdo con el fundador de Tesla, el Gobierno de los Estados Unidos debia reducir el gasto público (USD 2 billones de un presupuesto anual de USD 6,1 billones en 2023) para prevenir la "bomba" que representa la deuda acumulada de USD 35,7 billones de dólares en el país.
Como indica la Agencia EFE, esto representa "un 30% del gasto público del Gobierno federal". Según los datos proporcionados por la Oficina Federal Presupuestaria, USD 3,8 billones de los presupuestos son gastos obligatorios establecidos por la ley, tales como la Seguridad Social, Medicare, Medicaid y otros programas sociales esenciales.
Adicionalmente, al menos USD 1,7 billones de dólares corresponden a gastos discrecionales que el Congreso supervisa anualmente. Estos gastos incluyen el presupuesto de defensa, transporte, educación y otros sectores significativos.
Como parte de las alternativas financieras en los EE.UU., Musk propone:
- Modernizar la administración fiscal mediante herramientas tecnológicas y digitalización, lo que permitiría minimizar gastos innecesarios pero podría acarrear miles de despidos.
- Evaluar en su totalidad las políticas de erogación estatal y mejorar los procesos administrativos para asegurar una mayor eficiencia institucional.

La nueva colaboración entre Elon Musk y Donald Trump
La inclusión de Elon Musk en el ecosistema estatal para reducir el gasto público buscaba representar una alianza estratégica entre ambos empresarios. Hace menos de tres años, Musk y Trump eran considerados adversarios públicos.
En julio de 2022, el ingeniero en jefe de SpaceX expresó en la red social Twitter, de la cual ahora es propietario, "No tengo aversión hacia el hombre, pero es el momento de que Trump se retire y acepte su ocaso".
En respuesta, Trump replicó: "Elon Musk acudió a la Casa Blanca solicitando mi apoyo para sus numerosos proyectos subvencionados, ya sean automóviles eléctricos con autonomía insuficiente, vehículos autónomos que colisionan o cohetes que no alcanzan su destino. Sin los subsidios, no tendría valor alguno".
No obstante, Musk invirtió más de 150 millones de dólares en respaldar a Trump durante las elecciones presidenciales, participó en numerosos mítines junto a él y muchos lo han llegado a considerar una especie de vicepresidente no electo.
Ahora, el panorama es otro. El CEO de Tesla amenazó recientemente con fundar un nuevo partido político, llamado "Partido América", si la ley de recorte fiscal es aprobada, desafiando abiertamente al que hasta hace poco fue su confidente.
Trump respondió con una amenaza directa: usar el Departamento de Eficiencia Gubernamental -una iniciativa en la que Musk tuvo un rol clave- para revisar los subsidios que reciben las empresas del magnate tecnológico.
La disputa, que comenzó semanas atrás en redes sociales y reuniones privadas, evidencia el deterioro acelerado del vínculo entre ambos, pese a que hasta hace poco Musk se mostraba como aliado y asesor cercano a Trump.


