

Amancio Ortega, el hombre más rico de España y fundador de Inditex, sigue ampliando su influencia en el mundo inmobiliario. Esta vez lo ha hecho a lo grande: ha cerrado la compra de la sede del Grupo Planeta en Barcelona por 250 millones de euros.
La operación, realizada a través de su sociedad inversora Pontegadea, marca un nuevo hito en la trayectoria del empresario gallego, que no para de expandir su imperio.
El emblemático edificio, ubicado en el número 662 de la Avenida Diagonal, es uno de los más reconocibles de la capital catalana. Ortega se lo ha comprado al fondo estadounidense Blackstone, que lo había adquirido en 2018 por 210 millones de euros.
Esta transacción no solo confirma el apetito inversor del fundador de Zara, sino que también se convierte en la mayor compra inmobiliaria que realiza en España desde 2016, cuando se hizo con la Torre Cepsa de Madrid por 490 millones de euros.
Con esta adquisición, Ortega reafirma su estrategia de diversificación de activos. "El sector inmobiliario es una de las principales vías de inversión de los dividendos que genera Inditex", explican fuentes cercanas al empresario.
Solo en 2025, Ortega cobrará más de 3100 millones de euros en dividendos de la compañía textil, superando la cifra récord de 2845 millones del año pasado. Una parte de esos ingresos vuelve al mercado a través de Pontegadea, que se dedica a la compra de inmuebles de alto valor en localizaciones estratégicas.

Ortega refuerza su posición como la mayor fortuna de España
La compra de la sede de Planeta no es un movimiento aislado, sino parte de una estrategia global. Ortega acumula propiedades en ciudades como Londres, Nueva York o París, consolidando su posición como uno de los mayores inversores inmobiliarios del mundo.
Según el ranking 2025 de Forbes, Ortega es la novena fortuna global, con un patrimonio estimado en 124.000 millones de dólares (unos 114.943 millones de euros). Muy por detrás está su hija Sandra Ortega, segunda mayor fortuna de España y número 230 del mundo.
Fuentes del entorno de Ortega aseguran que su estrategia es clara: "Invertir en activos seguros y de alto valor para proteger y hacer crecer su patrimonio". De hecho, el empresario no solo mira a España, sino también a Europa, como demuestra la reciente compra de un edificio de oficinas en Luxemburgo, arrendado a la firma Clifford Chance.
Una jugada maestra que sacude el mercado
La compra de la sede de Planeta no es solo una cifra astronómica; es también un golpe sobre la mesa en el mercado inmobiliario español. Según expertos del sector, esta operación "marca un récord y devuelve el foco a los grandes edificios de oficinas en Barcelona, que habían perdido atractivo frente a otras ciudades europeas". Ortega, una vez más, se adelanta al mercado y refuerza su imperio.
En definitiva, la historia de Amancio Ortega es la de un empresario que no deja de crecer. Como señalan fuentes cercanas: "Ortega sigue apostando por el ladrillo, porque sabe que es la base sólida de su imperio". Y con operaciones como esta, queda claro que el fundador de Inditex no tiene techo.





