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El avance de la ciencia ha transformado la vida de millones de personas y sigue empujando los límites de lo que se considera posible. En el campo de la oftalmología, una de las innovaciones más impactantes llega para quienes han perdido la vista de forma irreversible.

Un equipo internacional de investigadores europeos y estadounidenses ha desarrollado Prima, una prótesis ocular capaz de restaurar parte de la visión en pacientes con atrofia geográfica, la fase terminal de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

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La enfermedad, que afecta a unos 5 millones de personas en todo el mundo, daña progresivamente los fotorreceptores de la retina, imposibilitando la visión central.

El sistema Prima utiliza un chip fotovoltaico y gafas especiales que transforman imágenes en impulsos eléctricos para estimular la retina. (Fuente: EFE/ Consorcio Science Corporation)
El sistema Prima utiliza un chip fotovoltaico y gafas especiales que transforman imágenes en impulsos eléctricos para estimular la retina. (Fuente: EFE/ Consorcio Science Corporation)Fuente: consorcio Science CorporationEFE

Un microchip para recuperar letras, números y rostros

El ensayo clínico, cuyos resultados fueron publicados en la revista New England Journal of Medicine, incluyó a 32 pacientes mayores de 60 años con visión periférica muy limitada. Un año después de recibir la prótesis, 27 de ellos recuperaron la capacidad de leer letras, números y palabras con el ojo afectado.

El sistema Prima combina un microchip fotovoltaico de 2 milímetros implantado bajo la retina con unas gafas de realidad aumentada equipadas con una cámara. Esta proyecta imágenes en tiempo real mediante luz infrarroja, que el chip convierte en impulsos eléctricos que simulan la función de los fotorreceptores.

Según Daniel Palanker, investigador de la Universidad de Stanford, "el hecho de que una persona vea simultáneamente con la visión protésica y la periférica es importante porque pueden fusionarlas y aprovechar al máximo la visión".

Resultados prometedores pese a efectos secundarios

De los 32 participantes, 26 mostraron una mejora significativa en la agudeza visual, definida como leer al menos dos líneas más en una tabla optométrica. En algunos casos, la mejora fue de hasta 12 líneas.

Las gafas permiten ajustar contraste, brillo y ampliar la imagen hasta 12 veces, lo que facilita tareas como leer libros, identificar etiquetas o reconocer señales de tráfico. El 66% de los participantes manifestó una satisfacción media-alta con el dispositivo.

Aunque 19 pacientes presentaron efectos secundarios como hipertensión ocular o hemorragias, los investigadores aseguran que fueron gestionados sin riesgos vitales y se resolvieron en un plazo de dos meses.

El futuro de la visión artificial

Actualmente, la versión disponible del dispositivo solo ofrece visión en blanco y negro, sin tonos intermedios. Los desarrolladores trabajan en un software que permita distinguir grises y avanzar hacia el reconocimiento facial.

Jose-Alain Sahel, investigador de oftalmología de la Universidad estadounidense de Pittsburgh, sostiene el implante ocular. (Fuente: EFE/ Consorcio Science Corporation)
Jose-Alain Sahel, investigador de oftalmología de la Universidad estadounidense de Pittsburgh, sostiene el implante ocular. (Fuente: EFE/ Consorcio Science Corporation)

"El primer deseo de los participantes es leer, pero el siguiente es el reconocimiento facial", explicó Palanker. Además, se están diseñando chips de mayor resolución y gafas con diseño más ergonómico.

Este ensayo es el resultado de dos décadas de investigación, y abre la puerta a aplicar la tecnología a otras causas de ceguera irreversible. La prótesis Prima representa una luz de esperanza real para quienes perdieron la vista y desean recuperar parte de su independencia visual.