

Bruselas lanzó una advertencia tras la publicación de un informe de la Comisión Europea: los cigarrillos electrónicos y vapeadores falsificados se han convertido en uno de los productos ilegales más incautados en las aduanas de la Unión Europea.
Solo en 2024 se retuvieron 112 millones de artículos falsos, con un valor estimado de 3800 millones de euros. España y otros seis países concentraron el 90 % de estas incautaciones, lo que refleja la magnitud del fenómeno.
Más allá del impacto económico, el principal riesgo recae sobre la salud y la seguridad de los usuarios. Los vapes falsos no pasan controles de calidad, pueden contener sustancias nocivas no declaradas y presentar fallos graves en sus baterías, lo que en algunos casos ha derivado en explosiones con consecuencias severas.
Expertos en salud pública recuerdan que incluso los dispositivos originales contienen nicotina y químicos peligrosos, pero en el caso de las falsificaciones, la ausencia total de regulación multiplica los riesgos.
¿Por qué representan un riesgo mayor los vapeadores falsos?
Los cigarrillos electrónicos funcionan al calentar un líquido que se convierte en aerosol, el cual contiene nicotina, compuestos químicos y saborizantes.
En los dispositivos ilegales, el usuario desconoce la composición exacta: los líquidos pueden incluir sustancias tóxicas como formaldehído o aditivos dañinos para los pulmones y el sistema cardiovascular. Además, la calidad deficiente del ensamblaje eleva el riesgo de fugas, mal funcionamiento y sobrecalentamiento.

Uno de los puntos más preocupantes es la batería. Informes médicos han documentado explosiones provocadas por dispositivos defectuosos, en muchos casos falsificados. Estas fallas técnicas, sumadas a sabores ásperos o metálicos y a un vapor inconsistente, son señales de que el producto podría ser fraudulento.
La Comisión Europea subraya que el comercio electrónico y los cambios en la cadena de suministro global favorecen la entrada de mercancía ilegal desde países como China, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. La magnitud del problema obliga a reforzar los controles aduaneros y a proteger a los consumidores con campañas de prevención.

¿Cómo identificar un cigarrillo electrónico falsificado?
Los especialistas recomiendan a los usuarios una serie de pasos básicos para evitar ser víctimas de este mercado ilegal:
Autenticar el producto: la mayoría de los dispositivos originales incluyen un código QR o rascable que debe verificarse en el sitio web de la marca.
Revisar embalaje y dispositivo: errores ortográficos, mala impresión, piezas flojas o fugas son señales claras de falsificación.
Evaluar precio y vendedor: si el valor es demasiado bajo frente a tiendas autorizadas, lo más probable es que se trate de una imitación. La compra debe hacerse siempre en distribuidores oficiales o plataformas de confianza.
Observar la experiencia de uso: sabores ásperos, químicos o metálicos y un vapor irregular pueden indicar que el dispositivo es falso y dañino.
La recomendación de los expertos es clara: no confiar en ofertas tentadoras ni en compras en redes sociales o mercados informales. Un vape falsificado no solo puede contener sustancias desconocidas, también puede convertirse en un peligroexplosivo para quien lo utiliza.


