

Aunque muchos consideran que ingresar al sacerdocio es una decisión de por vida, lo cierto es que también existe la posibilidad de abandonarlo. No obstante, dejar el estado clerical o solicitar la apostasía dentro de la Iglesia Católica es uno de los procedimientos más complejos y controlados por el Vaticano.
Desde la renuncia formal hasta la dispensa del celibato, todo implica un camino largo, minucioso y que no depende únicamente del interesado. De hecho, las resoluciones finales se toman en Roma y no siempre llegan con rapidez.
Muchos lo califican como uno de los trámites más engorrosos que existen en el Derecho Canónico. Más allá del debate religioso o personal, este proceso toca cuestiones legales, espirituales y sociales.

¿Qué es el abandono del sacerdocio y quién lo autoriza?
En términos canónicos, el abandono del sacerdocio se conoce como reducción al estado laical. Esta decisión debe ser solicitada por el sacerdote directamente ante su obispo y luego elevada a la Santa Sede. No basta con dejar de ejercer: la Iglesia requiere un acto formal.
Como aclara el Código de Derecho Canónico, la dispensa debe ser concedida "por el Romano Pontífice". Es decir, el Papa o, en su nombre, el Dicasterio para el Clero en el Vaticano.
Quienes inician el proceso deben enviar una carta formal al obispo de su diócesis al expresar su voluntad de abandonar el estado clerical. Esta petición suele incluir los motivos personales, que pueden ir desde crisis vocacionales hasta razones familiares o personales.
La solicitud luego es remitida a Roma. Allí, el Dicasterio para el Clero estudia el caso y, si lo considera procedente, eleva la propuesta al Papa. Solo con su aprobación se concede la dispensa.
El portal especializado Portantos explica que "no es suficiente con dejar de ejercer, sino que debe haber una petición expresa y una respuesta formal por parte de la Santa Sede". Además, señalan que "el proceso puede tardar años y requiere acompañamiento espiritual y legal".
¿Y qué pasa con el celibato?
Uno de los puntos clave del procedimiento es la dispensa del celibato. Aunque parezca un detalle formal, sin esa autorización el exsacerdote no podría casarse por la Iglesia. La misma solicitud se resuelve junto con la reducción al estado laical.
"El celibato no se rompe automáticamente por dejar el ministerio: debe ser dispensado por la misma autoridad que impuso la obligación", detalla el Código de Derecho Canónico. En la práctica, esto significa que solo el Papa puede liberar a un sacerdote de ese voto.
El caso de los laicos: cómo apostatar
No solo los sacerdotes pueden desvincularse oficialmente. También cualquier laico bautizado puede solicitar la apostasía, es decir, su salida formal de la Iglesia Católica. En este caso, el trámite se realiza ante la diócesis donde fue bautizado.
"El interesado debe presentar una solicitud por escrito, acompañada de una copia del DNI y la partida de bautismo", según explican desde la Conferencia Episcopal Española. El proceso incluye una entrevista con el obispo o su delegado y, finalmente, una anotación marginal en el libro de bautismo.
