

Frente al aumento de temperaturas en España, investigadores en climatología y urbanismo recomiendan soluciones naturales y sostenibles para enfriar espacios exteriores e interiores. Una de las más efectivas es plantar árboles de sombra, y el fresno (Fraxinus excelsior).
Esta especie, ampliamente utilizada en parques urbanos de ciudades como Madrid o Zaragoza, puede transformar un jardín convencional en una barrera natural contra el calor. Además de su capacidad para reducir la temperatura ambiente, el fresno mejora la calidad del aire y favorece la biodiversidad.
El fresno: el árbol que reduce la necesidad de aire acondicionado en casa
El fresno es un árbol caducifolio que puede alcanzar entre 15 y 20 metros de altura, con una copa ancha y frondosa capaz de bloquear los rayos solares durante las horas más críticas del día.

Su eficacia para enfriar entornos se ha comprobado en zonas residenciales de la periferia de Valencia y Sevilla, donde su sombra reduce la temperatura en superficie hasta en 4°C, disminuyendo la dependencia del aire acondicionado. En jardines privados, plantarlo al sur o suroeste multiplica el efecto protector en ventanas, terrazas y porches.
Además, el fresno apenas requiere cuidados exigentes. Con un riego moderado y podas ocasionales, se adapta bien al clima de gran parte de la península, desde el centro hasta el norte.
Su crecimiento relativamente rápido lo convierte en una inversión útil a medio plazo, tanto para viviendasparticulares como para proyectos de urbanismo verde impulsados por ayuntamientos y diputaciones.
Árboles como el fresno, clave en la estrategia climática urbana en España
Iniciativasmunicipales como el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad de Barcelona o el programa Madrid 360 promueven la plantación masiva de árboles como respuesta al cambio climático.

El fresno, gracias a su resistencia y capacidad de absorción de CO, figura entre las especies recomendadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Integrar este tipo de árboles en jardines y espacios públicos no solo alivia el calor, sino que representa una acción directa para mitigar los efectos del calentamiento global a escala local.


