

En los últimos cuatro años, el aceite de oliva virgen extra ha experimentado un incremento del 175% en su precio, mientras que el aceite de oliva suave de marca blanca ha visto un aumento aún más pronunciado del 225%, según datos proporcionados por la OCU. Esta notable escalada en los precios genera preocupación entre los consumidores mediterráneos, quienes fundamentan su alimentación en este esencial ingrediente.
Ante esta situación, los ciudadanos buscan soluciones accesibles que no comprometan la calidad. En este contexto, han surgido alternativas menos convencionales, como el aceite de orujo de oliva, así como los aceites de girasol y coco.
El sustituto perfecto para el aceite de oliva
El aceite de coco, obtenido a partir de la extracción de la pulpa de cocos maduros mediante un proceso de prensado, ha visto un aumento en su popularidad que se asemeja al ascenso de los precios del aceite de oliva. Entre las razones de su creciente aceptación se encuentran sus diversas propiedades nutricionales, que lo catalogan como un "superalimento".

Ventajas del aceite de coco: la opción más saludable y económica
El aceite de coco contiene ácidos grasos de cadena media que pueden contribuir a elevar los niveles de colesterol HDL en la sangre, lo cual resulta beneficioso para la salud cardiovascular, de acuerdo con la Fundación Española del Corazón.
Además, la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) afirma que el aceite de coco es rico en ácido láurico, un compuesto que exhibe propiedades antimicrobianas y puede ser eficaz en la lucha contra bacterias, hongos y virus.
Los triglicéridos de cadena media (MCT) presentes en el aceite de coco son metabolizados de manera eficiente en el hígado, proporcionando así una fuente rápida de energía, tal como lo corroboró el Centro de Investigación en Nutrición de la Universidad de Navarra.
El aceite de coco puede facilitar la absorción de nutrientes, incluyendo las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y diversos minerales, lo que contribuye a mejorar la digestión, según la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).
El ácido láurico y otros compuestos presentes en el aceite de coco pueden potenciar el sistema inmunológico, como lo explica la Sociedad Española de Inmunología (SEI), lo que sugiere un papel importante en la defensa del organismo.
Guía para cocinar con aceite de coco
Gracias a su elevado punto de humo, que se sitúa en aproximadamente 177°C, el aceite de coco virgen se presenta como un ingrediente sumamente versátil. Este aceite es ideal para freír, saltear, rebozar y aderezar una amplia variedad de carnes, pescados y verduras. Además, puede ser utilizado como sustituto de la mantequilla en diversas recetas de repostería, aportando un sabor distintivo y saludable.

El aceite de coco virgen se encuentra disponible en dos presentaciones: la versión neutra, que carece de sabor y la tradicional, que añade un matiz exótico a las preparaciones culinarias. Su adquisición es sumamente sencilla, ya que puede encontrarse en dietéticas, supermercados y tiendas especializadas. Asimismo, está disponible en Amazon, donde se ofrece una amplia gama de precios y opciones.




