TRAS LOGRAR EL APOYO K, EL GOBERNADOR APUNTAR A LA CLASE MEDIA

A 14 días de las PASO, Scioli vuelve al discurso naranja para buscar el voto independiente

Mañana sale una nueva tanda de spots dirigido al "electorado de centro". Admitirá que el narcotráfico es un problema pendiente. Y viajará a seis provincias esta semana

En la recta final de la campaña, Daniel Scioli hará lo que más sabe hacer: sciolismo puro. Después de hablarle con un léxico kirchnerizado a los sectores tradicionalmente más peronistas, parte del electorado que ya cree cautivo ante el obligado abandono de su ex competidor Florencio Randazzo, con una nueva tanda de spots el gobernador bonaerense apuesta a reenamorar a la clase media. En La Plata, mejor dicho en el búnker porteño del Bapro, donde se teoriza el marketing electoral, pronostican un discurso naranja que mire al futuro, evitando la palabra "cambio" que tantos problemas le acarreó a su contrincante Mauricio Macri, para reemplazarlo por "mejorar lo hecho". La clave es mantener la coherencia, para continuar confrontando (polarizar, el verbo de moda) con el líder de PRO. Una agenda "más de centro", hipotetiza la tropa naranja.


Dos lecciones, cuentan en el sciolismo, les dejó la paupérrima victoria y casi derrota de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad: "Cambiaron el discurso porque faltan dos semanas para las elecciones y uno no ganó hasta el día de los comicios". Lo segundo explica el autoperativo de Humildad. No aclaran que, para el núcleo duro K, el propio Scioli también se cristinizó, aunque hace tiempo. Al tope de las encuestas, con el objetivo no sólo de mantenerse sino de ganar unas PASO forzando que, voto útil mediante en la primera vuelta, no haya ballottage, Scioli va a retocar su oratoria pero lo más imperceptiblemente posible. A lo Scioli, estilo que aplica escapando a la caldeada interna del FpV bonaerense fotografiándose con ambas fórmulas. Un fantasma de su viejo slogan "Continuidad con cambios". Ahora, esos "cambios" son de estilo, no al modelo. "Sabemos lo que falta y lo que hay que mejorar en base a lo construido", es la nueva máxima naranja, desteñida en celeste y blanco.


Con esa lógica, los nuevos testimonios de los spots apuntan a otro público, con la gestión provincial como garantía de lo que piensa hacer post-10D: un empresario pyme agradecerá los créditos del Bapro, un joven músico de clase media sueña con la fama del concurso de bandas RockeaBA y una egresada cuenta qué son las Policías Locales, entre otros.


La seguridad y la salud (con las UPA), prioridades para la clase media, serán sus temas protagonistas de esta etapa. Con un derivado del primero, tabú para la Casa Rosada: el narcotráfrico. "La guerra contra la droga no se ganó pero tampoco se perdió", es la esencia sciolista 100%, con una admisión de la problemática pero resaltando lo realizado en 12 años de kirchnerismo (y porque le cabe el saco, tras 8 años de gobierno bonaerense).


Con la elección de 2007 como guía, en la que Cristina Fernández de Kirchner resultó electa con el 43%, el sciolismo puso un papel de calcar sobre el mapa argentino para diagramar sus últimas visitas electorales: "Vamos a potenciar los lugares en los que somos fuertes, con foco en el conglomerado de grandes ciudades". La intención es que un tsunami de votos en esos lugares claves compense la predecible baja perfomance en distritos más reacios al oficialismo.


El exhaustivo raid por el interior del único presidenciable del FPV no es apto para cardíacos: mañana viajará a Mendoza, Corrientes y Chaco; y en agenda pero aún sin confirmar, tiene previstos desembarcos en Entre Ríos, Salta y Jujuy.

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