El consumo de vinos naturales crece exponencialmente,
y Bodega Santa Julia
lidera la respuesta sostenible en Argentina
Santa Julia apuesta por una producción enológica diferenciada, y también implementó un modelo de sostenibilidad que abarca tanto lo ambiental como lo social. Desde sus inicios, la bodega priorizó prácticas como la reutilización del agua y la conservación de la flora nativa, medidas que ayudan a reducir el impacto ambiental.
Además, la certificación fair for life coloca a Santa Julia como pionera en el comercio justo dentro de la industria vitivinícola argentina, garantizando un sistema de reparto de fondos que beneficia directamente a sus trabajadores y a la comunidad.
La bodega fertiliza sus suelos con verdeo, compost y humus de lombriz, métodos que ayudan a mantener la salud del suelo sin necesidad de químicos artificiales. Sus 400 hectáreas orgánicas certificadas en Mendoza reflejan su compromiso con un sistema de cultivo que minimiza el impacto ambiental y promueve un ciclo natural de nutrientes.
En sus procesos, la empresa reutiliza el 100% del agua empleada en la vinificación, tratándola en su planta de efluentes y usándola para el riego de viñedos. Además, promueve la conservación de la flora nativa, que sirve como corredor biológico para controlar de forma natural las poblaciones de insectos, eliminando así la necesidad de pesticidas y herbicidas. Estas prácticas refuerzan su visión a largo plazo, donde la producción de vino va de la mano con el respeto al ecosistema.
El impacto cultural de los vinos naturales y las etiquetas que cuentan historias
Una de las características que más atrae a los consumidores de vinos naturales es la autenticidad y el relato detrás de cada botella. Santa Julia lo supo entender y optó por incorporar a sus etiquetas ilustraciones inspiradas en animales que forman parte de la historia familiar, creadas por el artista mendocino Emiliano Pierro.
Estas ilustraciones representan valores y anécdotas familiares, desde la Vaquita Clarete Natural hasta el Cabrito Cabernet Sauvignon, que otorga una identidad visual y resalta su conexión con la naturaleza.
En palabras de Julia Zuccardi, miembro de la tercera generación de la familia y responsable de Hospitalidad y Turismo en Santa Julia, cada visita a la bodega es una oportunidad para que los visitantes conecten con los valores detrás de cada botella. “No nos da lo mismo” es una filosofía que impregna cada etapa de la producción, y se extiende a la experiencia de los visitantes, quienes descubren una relación profunda con la tierra y las historias que hacen únicos a estos vinos.
Bodega Santa Julia demuestra que la sostenibilidad no es solo una moda pasajera, sino una estrategia de negocio con impacto a largo plazo. Con un enfoque integral que abarca desde la producción agrícola hasta el comercio justo, la familia Zuccardi apuesta a un modelo que trasciende la simple comercialización de vinos.
La bodega busca un impacto positivo tanto en su comunidad como en el ambiente, y apuesta por un modelo de producción que se alinea con valores de sostenibilidad y respeto. Al reflejar el compromiso de la familia Zuccardi con la naturaleza y la calidad, se posiciona como un modelo de viticultura consciente y en sintonía con el futuro del planeta.
Conocé más de Santa Julia en www.santajulia.com.ar