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El Congreso de Javier Milei

Con un nuevo ciclo legislativo, se vuelve a repartir el mazo. Las alianzas y las bancas que tiene el Gobierno. Quiénes son los referentes de cada bloque. Y por qué un Congreso caliente es esencial para que Milei pueda llevar a cabo su plan para cambiar el país.

El presidente Javier Milei inaugura este 1 de marzo las sesiones ordinarias del Congreso con su exposición ante la Asamblea Legislativa, ante la que sólo se había presentado el 10 de diciembre cuando asumió su mandato tras ganar el balotaje del 19 de noviembre.

Milei llega al pleno del Congreso tras un inicio de año atípicamente movido en el Poder Legislativo, al que había convocado a sesiones extraordinarias para debatir un extensísimo proyecto de Ley ómnibus que contenía buena parte de su plan de transformación y desregulación de la economía. A principios de febrero, el Gobierno había conseguido la aprobación en general de la iniciativa, pero ante el naufragio al que se encaminaban varios artículos centrales de la misma, la decisión fue volver todo a foja cero.

Ese Congreso, en el que La Libertad Avanza, el partido del Presidente, está en clara minoría, es al que Milei deberá convencer de que vote las leyes con las que intentará que su Gobierno provoque un cambio prácticamente fundacional. 

Un Congreso atomizado

La actual conformación del Congreso es resultado de las elecciones de octubre del año pasado, en las que se renovaron la mitad de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 bancas que tiene el Senado. La otra mitad de los diputados asumieron en 2021 y tienen mandato hasta diciembre de 2025, mientras que en hay 24 senadores con mandato vigente de 2019 a 2025 y otros 24 con mandato de 2021 a 2027.

El año pasado, renovaron sus senadores nacionales las provincias de Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz. Y la mitad de sus diputados cada uno de los 24 distritos del país.

La agrupación que más bancas consiguió en ambas cámaras en octubre fue UP, seguido por la Libertad Avanza y por Juntos. De todos modos, ninguno quedó en mayoría, aunque UP es por mucho la primera minoría en ambas cámaras.

La clave para lograr las mayorías necesarias

En las sesiones extraordinarias del verano, el intenso debate del megaproyecto de ley ómnibus con el que el gobierno de Javier Milei buscaba sentar las bases de la transformación que pretende lograr en la economía dejó a la vista cuáles son los bloques aliados y dialoguistas con los que el oficialismo podrá contar para sacar una ley. Y cuáles se ubicarán en la vereda de enfrente.

El triunfo que cosechó Milei en el balotaje derivó en un clima inédito en el Congreso, con parte de la oposición visiblemente dispuesta a ayudar al oficialismo para que su primera ley llegara a buen puerto. Durante semanas, los diputados del PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal (HCF) e Innovación Federal se reunieron con la "mesa política" para negociar la letra chica del texto y reescribieron buena parte de los 664 artículos. De allí que esas cuatro bancadas fueron bautizadas como "la oposición dialoguista". Se convirtieron -con matices- en los principales aliados de un oficialismo que cuenta con una debilidad en el Poder Legislativo, con apenas 38 diputados y 7 senadores.

Al aliado más claro de los libertarios, que es el bloque del PRO, con Cristian Ritondo a la cabeza, se le sumó la UCR liderada por Rodrigo de Loredo, también dispuesto a acompañar al oficialismo. El mismo camino siguieron el variopinto bloque que conduce Miguel ángel Pichetto (en el que conviven desde el socialismo y Margarita Stolbizer hasta Ricardo López Murphy, Emilio Monzó, Nicolás Massot y Oscar Agost Carreño, junto con el schiarettismo y la Coalición Cívica) e Innovación Federal (en la que conviven las fuerzas provinciales de Río Negro, Neuquén, Salta y Misiones).

Con los gobernadores entrando y saliendo de escena, en las negociaciones de la letra chica del megaproyecto Milei logró sumar a los tres tucumanos. Bajo el nombre de "Independencia", se creó un nuevo bloque, que fue nada menos que un desprendimiento de Unión por la Patria. Los intereses en torno a un sector clave de esa provincia, el azúcar, pudieron más que la identidad partidaria.

Tras más de un mes de negociaciones y cambios en la letra chica de la iniciativa, esta llegó al recinto y en una extensísima sesión logró la aprobación en general. Pero cuando el oficialismo registró que no contaría con los votos suficientes para que en la votación del articulado llegara a destino el grueso de la ley, optó por volver el texto a comisión.

Con la vuelta a foja cero del proyecto, el único aliado firme que parece quedarle al oficialismo, al menos por estas horas, son los 37 diputados del PRO, además del monobloque de José Luis Espert, el mendocino álvaro Martínez (delfín de Omar De Marchi) y algún que otro monobloque suelto.

Con el resto de los bloques "dialoguistas", los libertarios deberán recomponer la relación tras los resquemores que generaron las listas que se difundieron desde Casa Rosada señalando a los diputados que votaron a favor y en contra "del pueblo". Sobre todo si se tiene en cuenta que en la Cámara que preside Martín Menem, de los 257 diputados, 104 se ubican en la vereda opuesta al oficialismo: Unión por la Patria y la Izquierda.

  • El Congreso pasó el verano en extraordinarias discutiendo un proyecto que terminó volviendo a foja cero.
Diputados

En la Cámara de Diputados la bancada libertaria que preside Oscar Zago cuenta con apenas 38 de las 257 bancas, por lo que constituye la segunda minoría, muy por debajo de la primera: Unión por la Patria, el bloque que lidera Germán Martínez, reúne 99 diputados.

En tercer lugar se ubica el PRO, con 37 bancas. En tanto, la UCR suma 34 diputados. Y, en número, le sigue el bloque Hacemos Coalición Federal, que reúne 23 bancas. Allí conviven desde el socialismo y la Coalición Cívica hasta Florencio Randazzo, los cordobeses alineados con el gobierno de Martín Llaryora, así como también figuras como Emilio Monzó, Nicolás Massot, Margarita Stolbizer y Ricardo Lópiez Murphy, además de Pichetto.

Con 9 bancas, sigue el bloque Innovación Federal, el espacio que reúne a los representantes de las fuerzas provinciales de Salta, Neuquén, Río Negro y Misiones. Este espacio se ubicó entre los "dialoguistas", al igual que el PRO, Hacemos Coalición Federal y la UCR, durante las negociaciones con el oficialismo por la ley ómnibus. Lo lidera la salteña Pamela Caletti.

El Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad ocupa actualmente cinco bancas. Seguido por los tres tucumanos que en el marco del debate por la ley ómnibus se deprendieron de Unión por la Patria para conformar el bloque Independencia.

La Cámara de Diputados cuenta con varios bloques pequeños a los que el oficialismo podría apelar para sumar votos. Entre ellos, hay varios que cuentan con dos bancas. Por caso, el de los sanjuaninos de Producción y Trabajo; el espacio que conduce Carolina Píparo llamado Buenos Aires Libre; y Por Santa Cruz. Finalmente, hay varios monobloques: está Avanza Libertad, de José Luis Espert, CREO y La Unión Mendocina.

Senado

En el Senado, Victoria Villarruel cuenta con apenas 7 legisladores propios. Aun así, la vicepresidenta logró doblegar a Unión por la Patria en un ítem clave: consiguió dejarlos en minoría al momento de la conformación de las comisiones pese a que son la bancada más numerosa con 33 senadores.

De todas maneras, esa mayoría circunstancial de 39 senadores que logró alinear Villarruel no se sostuvo al momento de avanzar con la Boleta única de Papel, proyecto que ya cuenta con la aprobación de Diputados.

Si bien La Libertad Avanza logró imponer el dictamen de mayoría, lo cierto es que los números en el recinto no estarían. De allí que pese a que el tema estaba incorporado en el decreto de convocatoria a extraordinarias, el Senado jamás sesionó. Durante el debate de la Boleta única quedó en evidencia que Unidad Federal y Juntos Somos Río Negro, por poner algunos ejemplos, demostraron que harán valer sus posturas en la Cámara.

Como ocurre en Diputados, el Senado también está atomizado y el oficialismo que conduce Ezequiel Atauche se encuentra en franca minoría.

También al igual que en Diputados, Unión por la Patria es la primera minoría. El interbloque que conduce José Mayans reúne 33 bancas, apenas cuatro menos que las que precisa para el quórum reglamentario.

La segunda minoría está en manos de la UCR, con Eduardo Vischi como presidente de las 13 bancas. El Frente PRO quedó reducido a apenas 6 bancas que conduce Luis Juez.

El salteño Juan Carlos Romero conduce Cambio Federal, con tres bancas. Hace pocos días sufrió la salida de la neuquina Lucila Crexell, que armó rancho aparte para alinearse a su gobernador Rolando Figueroa. Fundó el monobloque denominado Comunidad Neuquén.

Parte del peronismo "no kirchnerista", en cambio, desembocó en Unidad Federal, con Carlos "Camau" Espínola como su presidente. Allí conviven tres senadores.

El Frente Renovador de la Concordia Social, que representa los intereses de los misioneros, cuenta con dos bancas, que lidera Carlos Arce. Otro bloque que también reúne dos integrantes es Por Santa Cruz, con José María Carambia como presidente.

En cambio, Juntos Somos Río Negro cuenta con el monobloque que integra Mónica Silva. Alineada con lo que supo ser Juntos por el Cambio se ubica otro monobloque: Por la justicia social, de Beatriz Ávila.

Quién es quién en el Congreso
Cámaras de diputados
Cámara de senadores
Los primeros trazos de una estrategia
Mariano Beldyk
Editor de Política

¿Qué desafíos tiene por delante Javier Milei en lo que respecta a su agenda legislativa 2024? Todos. Porque en rigor, el tránsito por el período de sesiones extraordinarias solo dejó enojos cruzados y ningún proyecto en concreto. Y eso que solo era un precalentamiento para la verdadera maratón legislativa donde el diseño de las comisiones y los lugares de decisión se volverán llaves estratégicas para negociar. Aunque no sea un término que elijan los libertarios, es el único verbo que les permitirá emprender las reformas que añoran, siempre y cuando reúnan el consenso mayoritario.

Durante los meses del verano, de la larga lista de temas incluidos en el decreto presidencial de convocatoria a extraordinarias apenas algunos proyectos de doble imposición tributaria que dormían en el Senado lograron sortear con éxito el paso por comisiones. Dos quedaron en el camino: el de Japón y el de Luxemburgo, que afectan los intereses de dos colosos en el país, Toyota y Techint.

Ni siquiera el proyecto de Boleta única Papel (BUP), que era un envido con 33 de mano con el respaldo de sus aliados, pudo salir victorioso de esta etapa pre-recinto. Terminó con dictámenes empatados frente a un grupo de senadores que responden a los gobernadores que empezaba a diferenciarse. Nada de esto llegó al recinto que la vicepresidenta Victoria Villarruel preservó para evitar los intentos de UP de frenar el mega DNU.

Más allá del debate que acaparó toda la atención en el Congreso en la Cámara vecina, la ley ómnibus, había un temario que incluía hasta designaciones de embajadores políticos en algunos lugares clave. Un ejemplo: el empresario Gerardo Werthein que ya actúa en contacto con sus empleados de la representación en Washington pero aún debe superar su audiencia de confirmación. Un mero trámite para cualquier gobierno que arranca salvo para el de Milei.

  • Milei deberá lidiar con un Congreso fragmentado en el que La Libertad Avanza está en minoría.

¿De quién es la culpa? La Argentina atraviesa un momento inédito en su historia política en el cual la intransigencia de oficialismo y la oposición no ayudan. En el medio, quedan en off side una serie de bloques que se autoperciben "dialoguistas" pero que terminan descolocados por una puja política que se dirime en términos de todo o nada.

Parte esencial del desafío legislativo del Gobierno es recuperar el favor de estos sectores, los únicos que pueden dar luz verde a sus proyectos de ley. No queda claro aún cuál será la estrategia en este sentido aunque sí hay algunos indicios de un intento de recalibrar la embestida del verano por una táctica de divide y reinarás, eligiendo con qué gobernadores, gremios y movimientos sociales negociar.

También se espera por una nueva ley ómnibus o, como se deslizó, leyes Fitito, desarmando los capítulos originales en diversos proyectos. Este es el camino que prefieren los apéndices legislativos de LLA, para minimizar -y controlar mejor a la vez- su paso por miniplenarios de comisiones.

En esta línea, la consolidación del tándem LLA-PRO puede traducirse en un acuerdo para conseguir el timón de comisiones esenciales para impulsar aquellos temas que Milei considera prioritarios como la de Trabajo, Seguridad, Agro y Previsión Social, sin olvidarse de la Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones.

Un dato más, vinculado al diseño de las comisiones. En la previa del frustrado debate por la ley ómnibus, circuló el rumor de una quinta comisión que no se llegó a conformar, incluso se negó por parte de la Rosada. La comisión de Juicio Político. Por allí tramita el juicio a la Corte Suprema que inició la pasada gestión de Alberto Fernández. Se trata del máximo tribunal que definirá la suerte de todas las iniciativas de la era Milei que puedan ser judicializadas.

También por esa comisión transitaría cualquier proceso de juicio político contra el Presidente.

CRÉDITOS

Producción periodistica
Déborah de Urieta
Shannon Prickett
Mariano Beldyk
Matias Bonelli
Proyecto digital
Florecia Pulla
Javier Petersen
Edición visual
Paula Albirzú
Desarrollo
Gabriel Lombardo
Abraham Marval