Vidal despega la campaña de la Nación y apuntala a los intendentes

La gobernadora buscará dejar de ser la "cara buena" de la campaña nacional y apoyar a los intendentes de sus fuerzas que, en su gran mayoría, perdieron el contra los candidatos del Frente de Todos

En el entorno de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal persiste el mal humor con las decisiones que se tomaron en la Casa Rosada respecto de la campaña bonaerense. Con un escenario mucho más complejo que la Nación y la Ciudad de Buenos Aires de cara a octubre, los bonaerenses de Juntos por el Cambio repiten que se acabó el tiempo de la campaña "por whatsapp, hay que salir del laboratorio y caminar la calle".

Esa definición es la segunda señal que marca la tendencia que empezó a delinear Vidal y su equipo el lunes pasado: hay que despegarse de la campaña de la Nación. Primero fue un discurso medido, aceptando los resultados y sin criticar a los electores, eso marcó la primera diferencia con la Casa Rosada que mostró a un Macri irascible. Lo segundo, que prime el instinto de supervivencia y pensar en los intendentes y la legislatura bonaerense.

"Perdimos en muchas intendencias, necesitamos recuperarlas y apuntalar a esos candidatos", reconoció una fuente bonaerense. "Lo mismo con los legisladores, necesitamos consolidar la presencia en la legislatura para contener y obligar a la Kicillof a tener que negociar con el vidalismo", agregaron fuentes cercanas a la gobernadora.

La diferencia que le sacó Kicillof a Vidal no fue el único golpe que recibió la administración de Cambiemos en la provincia ya que ese caudal de votos también se pudo ver en las intendencias que hoy están en manos del oficialismo provincial. El Frente de Todos ganó en Quilmes, Pilar, Lanús, San Miguel, Tres de Febrero, Mar del Plata y hasta en Morón, el distrito que gobierna el ex marido de Vidal, Ramiro Tagliaferro, y que es el pago chico de la gobernadora.

En el único distrito gobernado por Cambiemos en donde obtuvo más votos que su competidores fue en Pinamar.

Vidal participó el lunes a la noche de la cena que se realizó en la Quinta de Olivos en la que estuvieron también buena parte del gabinete, Jaime Durán Barba y Miguel Pichetto. Entre plato y postre "volaron" las críticas a las palabras del presidente y al efecto rebote que generaron. "Se le había aconsejado un discurso totalmente diferente, pero optó por decir otra cosa", reconocía un funcionario de la Casa Rosada.

En ese encuentro Vidal no ahorró críticas a la campaña y a quienes la pergeñaron. Pero aunque adelantó que buscará un camino alternativo, tampoco se despegará del todo. Mañana, jueves, dirá presente en la reunión del gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner.

En la Casa Rosada señalan que el enojo de Vidal es "válido" pero que será muy difícil despegarse porque "están todos en la misma boleta, no van a entregar las boletas cortadas".

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