Un resultado que anticipa la vuelta del kirchnerismo al control del Congreso

Tras el contundente triunfo del Frente de Todos, el espacio que lidera Máximo Kirchner, La Cámpora, cobraría un mayor protagonismo y el Frente de Todos se robustecería en el Senado

Si las de ayer hubiesen sido las elecciones generales, a partir del 1° de marzo del próximo año, la Cámara de Diputados podría estar presidida por el tigrense Sergio Massa y el Senado, por la actual senadora y ex presidenta Cristina Kirchner. El Congreso quedaría atravesado por "la grieta", con una polarización más marcada que la que se registró durante el período de Cambiemos, cuando "el peronismo racional" resultó clave en medio de un Congreso sin mayorías. La Cámpora, en tanto, cobraría mayor protagonismo en ambas cámaras.

A diferencia de estos últimos cuatro años, en los que el ahora ex Cambiemos fue minoría, pero que contó con un apoyo clave del peronismo no K para la sanción de leyes, el del año que viene será un Congreso de minorías mucho más polarizado, sobre todo si en octubre se repite el contundente triunfo que obtuvo ayer el Frente de Todos durante las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Es que, en ambas cámaras, el peronismo que mantuvo un buen diálogo con el Gobierno, y que no se subió a "la grieta", quedaría prácticamente desdibujado en ambas cámaras, tras haber sumado su apoyo al espacio que lleva al ex jefe de Gabinete Alberto Fernández como candidato a presidente.

En caso de que los resultados de anoche se repitan en octubre, la gran ganadora será la ex presidenta y su hijo, el diputado y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner: lograrían colar un número significativo de fieles en ambas cámaras.

La Provincia de Buenos Aires es el caso más contundente. Allí, donde el Frente de Todos arrasó, de la mano del ex ministro de Economía Axel Kicillof, el Frente de Todos sumaría unos 15 diputados de los cuales cinco pertenecen a La Cámpora, varios son fieles kirchneristas y apenas tres son massistas, entre los que se incluye el propio Sergio Massa.

Pero La Cámpora también podría sumar escaños en otros distritos, en donde el Frente de Todos también tuvo una buena performance, ya que ocupaban los lugares más codiciados de las listas, como Tucumán, Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba o Corrientes.

Así las cosas, se estima que en 2020 (el período parlamentario concluye el 30 de noviembre), el bloque que hoy lidera Agustín Rossi podría contar con unos 60 diputados. Pero también se robustecerían otros espacios que integran el frente opositor, como Red por Argentina, que lidera Felipe Solá o el Frente Renovador UNA, del tigrense.

En el Senado, el peso que cobraría CFK sería aun mayor. Es que además de que ella sería quien lo presida, el FpV -que hoy cuenta con nueve escaños- se robustecería hasta alcanzar 15 bancas, y sumaría figuras de extrema confianza, como Carlos Parrilli en Neuquén o Mariano Recalde en CABA.

A esto se le debe sumar que el bloque Justicialista que presidió Miguel Ángel Pichetto hasta que dio su salto al oficialismo, podría convertirse un aliado clave para el Frente de Todos.

Si bien es cierto que no confluyeron en un espacio con el kirchnerismo, y que mantendrán su "rol opositor", o al menos así lo aclararon, la mayoría de sus miembros acompañaron la fórmula F-F de manera explícita, y es probable que se alineen al kirchnerismo. Salvo algunas excepciones, como el ex presidente Carlos Menem y Carlos "Camau" Espínola. Ambos son cercanos al candidato a vicepresidente oficialista.

Si al bloque FpV-PJ se le suma el acompañamiento del interbloque Argentina Federal, que tendría unas 34 bancas, y un puñado de aliados, el kircherismo se podría garantizar el quórum propio.

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