Se agrava el frente comercial: tras los aranceles de Trump, Rusia frena compra de carne

El viernes habrá una videconferencia -en horario a definir- con las autoridades sanitarias rusas. Se busca explicar el procedimiento de control que realiza el país y evitar que haya nuevas suspensiones.

La autoridad sanitaria de la Federación Rusa (Rosselkhoznadzor) determinó ayer la suspensión temporaria de cinco plantas dedicadas a faena y exportación de carne bovina en Argentina y otras dos en Paraguay. La decisión fue tomada al detectarse la presencia de ractopamina, un aditivo alimenticio prohibido en Rusia.

La medida entrará en vigencia el 18 de diciembre, en tanto que la autoridad sanitaria agropecuaria de ese país indicó que podría ampliarse a otros frigoríficos.

Como parte del proceso, el próximo 6 de diciembre tendrá lugar una videoconferencia, en horario a definir, en el que funcionarios de las áreas de Sanidad Animal e Inocuidad del Servicio Nacional de Calidad y Seguridad Agroalimentaria (Senasa) expondrán los argumentos del país sobre el control que se hace a los productos exportados.

En el Senasa dicen que se involucrará al embajador argentino en Rusia, Ricardo Lagorio, interesado en mantener abierto ese mercado.

Según datos del Consorcio ABC, que agrupa a los principales exportadores bovinos, entre enero y octubre de este año se exportaron 51.533 toneladas de carne vacuna y menudencias por u$s 112,8 millones.

Una versión indicaba el enojo de algunos directores del organismo de control argentino con las autoridades rusas por el elevado nivel de exigencias, incluso algunas "cosas que no son lógicas". Frente a ello, pedirán una visita para habilitar también las plantas frigoríficas que faltan.

Más utilizado en porcinos que en vacunos, una clave es que la ractopamina no fue detectada en cortes provenientes de Brasil, que podría aprovechar esta oportunidad para desplazar a la carne argentina.

En el Senasa aclaran que la sustancia "no es nociva" y que se elimina en 12 horas, un "tiempo de carencia reducido".

Cada año salen del país cientos de contenedores con toneladas de productos cárnicos, de modo que la aparición de algunos cargamentos con problemas "no resulta significativo para un mercado tan grande, aunque sí para los frigoríficos afectados", enfatiza el Senasa.

Así el organismo destaca que "estos casos no deberían afectar todo el comercio de carne con ese país". Hoy de los 57 frigoríficos registrados, hay 41 habilitados y el resto suspendidos.

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