EL TEMOR A ROMPER CON CARRIÓ FRENÓ LA IDEA DE RECURRIR A UN DECRETO PARA SORTEAR EL BLOQUEO PARLAMENTARIO

El Gobierno desestimó el DNU y vuelve a apostar al Congreso

Tras el fracaso de ayer en Diputados, Cambiemos intentará sesionar el lunes. Hoy la mesa chica del Gobierno se reunirá, en busca de consenso, con gobernadores

Luego del traspié que sufrió dentro del Congreso y el caos que se vivió en la manifestación alrededor del parlamento, el presidente Mauricio Macri evalúa diversas alternativas para sacar adelante la reforma previsional y hasta analizó la posibilidad de apelar a un decreto de necesidad y urgencia. El texto del eventual DNU, que hasta fue firmado por los ministros nacionales y se preveía anunciar mediante un mensaje presidencial grabado, finalmente quedó anoche casi descartada. La razón fue evidente: apenas trascendieron el rumor de esa posibilidad, la principal aliada de Cambiemos, Elisa Carrió, salió a repudiar la medida a través de su cuenta de twitter, al juzgarla como una "violación grave" de la Constitución.

Con ese telón de fondo, dentro del Gobierno evaluaban al cierre de esta edición la posibilidad de trabajar fuertemente en los próximos días en la reconstrucción de la mayoría legislativa necesaria para tratar de convocar a una nueva sesión el próximo lunes con la apuesta de sancionar definitivamente la reforma. Otra de las alternativas barajadas en la Casa Rosada insistía en la posibilidad de anunciar el pago de algún tipo de bono para compensar la pérdida jubilatoria por efecto de los cambios que promueve el proyecto del ley. Hoy, en busca de consenso, habrá una cumbre con gobernadores en Casa Rosada.

El presidente Macri estaba furioso ayer cuando le avisaron que el levantamiento de la sesión en Diputados, señalaron en su entorno. Desde la Rosada, la cúpula del Gobierno siguió las imágenes de choques de manifestantes con la policía, la represión a diputados y los empujones dentro del recinto que derivaron en el final de la sesión.

"Fue un papelón. Parece la 125 de este Gobierno (en alusión al conflicto con el campo del kirchnerismo). Quisieron sesionar y se dieron cuenta que no tenían los votos", lamentó un funcionario de Cambiemos. El Ejecutivo había anunciado públicamente que tenían los votos para aprobar en Diputados la nueva fórmula con el que se calculan los haberes jubilatorios basada en 70% de inflación y 30% de suba de los salarios formales (Ripte). El traspié dejó mal parado a Macri, más allá de la legitimidad social que logró en las elecciones de octubre.

En plena convulsión, el Presidente convocó de urgencia al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, para evaluar cómo seguir. La cúpula de Cambiemos llegó a la conclusión que una posibilidad era sacar la reforma por decreto y mediante un mensaje presidencial. Para avanzar en ese sentido, el Gobierno salió a preparar el terreno ante la opinión pública con una conferencia de prensa del jefe de Gabinete, Marcos Peña.

El funcionario justificó el revés legislativo en que "una minoría" impidió el "diálogo democrático" y que el Gobierno está legitimado por una mayoría que votó un cambio en octubre.

En esa línea, llegó a tildar a los diputados kirchneristas de "piqueteros" y repudió "la violencia de los grupos minoritarios que intentan impedir el normal funcionamiento de una institución democrática". Ante ese escenario, que pone en riesgo el funcionamiento del Congreso, Peña sostuvo que "no van a entrar en el juego de la provocación". En consecuencia, el Gobierno evaluó superar la instancia parlamentaria mediante un DNU.

Pero con el correr de las horas, esa medida pasó de ser "segura" a "posible", según altas fuentes. En el medio, el kirchnerismo salió a cuestionarla con los tapones de punta. Luego la CGT alertó sobre retomar el llamado al paro si se concretaba el decreto.

El riesgo mayor para Cambiemos, no obstante, lo expuso la amenaza de Carrió que castigó duramente esa posibilidad. "No vamos a romper Cambiemos", respondió un funcionario de la Casa Rosada ante el temor de que se aleje Carrió.

En ese marco, el Ejecutivo comenzó a evaluar otras alternativas. La más factible mencionaba anoche la idea de convocar a una nueva sesión para el lunes en la búsqueda de reunir el consenso necesario para sancionar la ley. Otras posibilidades eran patear la discusión para después de diciembre, por temor a un escenario de mayor conflictividad social cerca de los actos por el 19 y 20 de diciembre. Y finalmente la alternativa del pago de una compensación para los jubilados.

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