Producción industrial cerró con tímidas mejoras el 2017, a la espera del renacer brasileño

Tras una contracción de 4,6% en 2016, la producción industrial habrá cerrado 2017 con signo positivo. Una buena noticia, que debe enmarcarse en un contexto complejo, en el que factores determinantes en la actividad manufacturera como la demanda de Brasil o el resultado final de la cosecha, por mencionar dos de las principales, todavía deben confirmar su poder de tracción para la producción local.

El Indec difundirá hoy el Estimador Mensual Industrial (EMI) correspondiente al mes de diciembre y con el acumulado de todo el año. En la previa, se estimaba para el año pasado un crecimiento en torno a 2%, o incluso algunas décimas más.

"La producción industrial va a terminar con una suba en torno al 2%, lo cual es positivo. Es una recuperación pero heterogénea en cuanto a los sectores", señaló Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina. Menciona el muy buen desempeño de la construcción y la producción de acero, y en contraste, la baja performance de alimentos y bebidas, textiles o tabaco.

El economista señaló que este año la construcción seguirá siendo un driver positivo "pero con menos intensidad", y explicó que "Brasil es una luz verde, tendrá el primer año de recuperación" pero eso se tiene que traducir en mayor demanda, empujado por autos, sustancias y productos químicos, y también trigo "donde siempre hay oportunidades", precisó.

Justamente, en alimentos y bebidas se esperaba un buen comportamiento en 2017 pero la realidad terminó yendo por otro lado. De hecho, el conjunto del bloque arrojó una caída acumulada en los primeros once meses del año del 0,9% según el Indec, pese al fuerte aumento de la producción en carnes rojas (8,9%) y carnes blancas (3,4%).

Pablo Dragún, director del Centro de Estudios de la UIA, recordó que el capítulo alimentos tiene bastante ponderación y es posible que este año se mantenga en niveles semejantes a 2017. Admitió una posible contracción por la base comparación del año anterior, y explicó que "el gran tema es que no creció el complejo oleaginoso por dificultades en la cosecha y el rezago en la molienda a la espera de la baja gradual de retenciones (0,5% mensual) a partir de enero de 2018".

Para Nicolás Alonso, analista sectorial del Estudio Orlando Ferreres y Asociados, "la clave de este año será lo que pase con la industria de alimentos", una de las que más pesa. En este sentido, recordó que la Bolsa de Comercio de Rosario redujo las estimaciones del área sembrada para la soja en 500.000 hectáreas respecto de la campaña 2016/17. En cuanto a los sectores que traccionarán a la industria están maquinaria y equipos, liderado por maquinaria agrícola y el sector automotriz. Y pronosticó una recuperación en la producción de minas y canteras.

"La economía este año crecerá 2,5% y la industria va a acompañar", sostuvo Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, pero aclaró que esto "dependerá mucho del mercado interno". Si bien admitió que habrá mayor demanda de Brasil este año, explicó que el sector industrial enfrenta dificultades como "un tipo de cambio atrasado, la imposiblidad de devaluar, alta inflación y tasas de interés elevadas".

Dragún señaló que "hay cuestiones de competitividad que no terminan de mejorar" y que se ven a la hora de producir. Para este año el crecimiento de la actividad fabril estaría un poco por debajo del PBI pero eso "depende de la construcción pública y privada, y de cierta recuperación del salario", puntualizó.