A pocos meses de que los argentinos concurran a las urnas, el Papa Francisco recibió a la primera tanda de obispos que lo visitan para llevarle una suerte de "balance de gestión", y en una charla descontracturada, discutió y obtuvo de primera mano un panorama de la situación social, política y económica que atraviesa el país.
Francisco recibió a los prelados destinados a tareas pastorales en el interior de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe y Corrientes, con quienes discutió sobre "las dificultades de la gente por la crisis económica", y quienes pidió "buscar liderazgos que ayuden al encuentro entre los argentinos".
Los detalles del encuentro fueron revelados a la prensa por el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, y el titular de la arquidiócesis de Corrientes, Andrés Stanovnik. Fernández, fiel discípulo de Jorge Bergoglio, también publicó una extensa carta con detalles de la cita.
Según los obispos, el Papa agradeció mucho la tarea que hace la Iglesia en la Argentina en momentos de caída de la actividad, recesión y pérdida de empleo, y dedicó buen rato a discutir sobre "la polarización que existe en nuestra sociedad", según detalló "Tucho" Fernández en referencia a la visita ad limina.
"Algunos obispos manifestaron su dolor por la manera injusta en que es tratada la figura del Papa en algunos medios, y él mencionó la gravedad del problema educativo en la Argentina, el bajo nivel de discusión, la facilidad con la que se cree lo que se dice en operativos mediáticos y con que se alimentan las polarizaciones", precisó Fernández.

El arzobispo platense, que incluso ha colaborado en algunos escritos teológicos del pontífice, recalcó que el Papa es consciente de la "polarización política muy tensa", que hace "difícil hablar" ya que enseguida se interpreta que sus palabras tienen fines políticos.
En tanto, monseñor Stanovnik relató que el Papa Francisco "insistió en buscar liderazgos que ayuden al encuentro entre los argentinos".
No hubo referencias directas al escenario electoral, pero ningún prelado ni el obispo de Roma son ajenos a los sondeos de opinión que concentran las preferencias del electorado en la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el actual jefe de Estado, Mauricio Macri.
Francisco atribuyó buena parte de la polarización a la discusión abierta el año pasado en la legalización del aborto, y "valoró mucho la defensa de la vida", según los obispos, aunque pidió coherencia: dijo que "el que ama la vida defiende los ataques a la dignidad de los pobres, las angustias que provoca la desatención de la salud de los indigentes, la vida de los ancianos", y "se la defiende desde la concepción, en todas sus etapas y hasta el final".
El tema del aborto fue abordado en la reunión que el jefe de gabinete, Marcos Peña, mantuvo semanas atrás con la Comisión Ejecutiva del episcopado argentino. En esa reunión, según pudo reconstruir este diario, Peña reconoció a los pastores que el Gobierno "actuó mal" al habilitar el debate, lo cual fue tomado como una señal de distendimiento.
En esa misma línea, el ministro coordinador mantiene reuniones periódicas con sus parlamentarios "celestes", esto es, contrarios al aborto y otras iniciativas que de un modo u otro promuevan la práctica.
Finalmente, el Papa habló de su deseo de visitar la Argentina. "Pidió comprensión, porque él ya hizo su aporte en Argentina mientras ahora analiza la necesidad de estar presente en otros lugares del mundo que son estratégicos o donde se necesita especialmente su presencia", dijeron los obispos".
"Necesita visitar países africanos muy marcados por la pobreza o la violencia, así como países asiáticos que son claves para el diálogo interreligioso. Su agenda ahora está más marcada por las necesidades de la Iglesia y de la sociedad en el complejo mundo global, que por sus sentimientos", razonó Fernández.
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