Oris de Roa: "Washington quiere nuestro respaldo político, pero nosotros tenemos una agenda económica"

El diplomático confía en dar señales positivas a la Casa Blanca para que Trump remueva las barreras comerciales. "No vamos a acudir por el momento a la OMC por biodiésel", advierte

Con 65 años y una copiosa carrera en el sector privado, Fernando Oris de Roa llega a la función pública casi sin antecedentes en la administración pública. Lejos de verlo como una barrera para asumir la embajada argentina en Washington, este porteño con arrastre tucumano en el acento responde con un lema que acuñó para sí mismo hace años: "Creí y creo en hacer políticas públicas desde el sector privado, y actuar así de acuerdo al interés del país".

Ocho días antes de pisar la Casa Blanca para presentar sus cartas credenciales al presidente Donald Trump, Oris de Roa blanquea en palabras sencillas su lectura de la relación bilateral y los altibajos del intercambio comercial. Reconoce que la balanza comercial tiende a "reprimarizarse", consecuencia del retraso económico. Pero se entusiasma con cambiar eso.

¿Cuál es el estado de situación de la relación bilateral?

La Argentina está en un buen momento de relación con los Estados Unidos. El acercamiento entre los dos gobiernos es muy evidente, y mi trabajo consistirá en la profundización de ese acercamiento, ya que estamos predispuestos a escucharnos para lograr avances en nuestros objetivos.

El vínculo tiene muchas aristas pero, ¿dónde va a priorizar?

Los tres temas que preocupan al presidente son la reducción de la pobreza, del desempleo, y del déficit fiscal. Cualquier cosa que, directa o indirectamente, en el corto o en el mediano plazo, ayude a eso, se convierte en prioridad para mí.

¿Cómo se imagina mediante ante un Gobierno cuyo líder es impredecible?

Eso es lo que me genera más expectativa. Porque las dos agendas no son parecidas: Estados Unidos tiene con nosotros una agenda política, quiere nuestro respaldo en votaciones internacionales, y apoyo en temas como el narcotráfico, el lavado de dinero, y otros de corte político. Nosotros, en cambio, tenemos una agenda económica. Mi función será tratar de encontrar el nivel de llegada exacto como para satisfacer la agenda de ellos, y que eso se interprete como un gesto que los inspire a cooperar con nosotros. Si se pone en movimiento esa relación, también se moverá la relación de las sociedades, que es lo que más me importa, con el intercambio en tecnología, en educación, y otros subproductos que son muy beneficiosos.

¿Hay una "reprimarización" de la balanza comercial? ¿El Gobierno aprueba eso?

Queremos ir hacia una instancia superior. El Gobierno está haciendo un esfuerzo enorme por reactivar el consumo y la producción, y no podemos darnos el lujo de rechazar las puertas abiertas a la espera de mayor valor agregado. Tenemos que transitar un camino donde, si es necesario vender materias, primas, lo vamos a transitar, pero aspirando como siempre a agregar valor. Sería necio aspirar a eso de entrada, porque Argentina está empezando a arrancar.

¿Siendo así, es un plusvalor su experiencia agroexportadora?

Como la agenda argentina es de corte económico-comercial, mi perfil ayuda. Pero si fuera apenas eso, no alcanzaría. Un embajador no es un simple agente de ventas. Hay que comunicar una agenda mucho más completa.

El Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) encuentra aún trabas... ¿cómo quitarlas?

Primero que todo, el regreso al SGP hay que interpretarlo como un gesto político. Y es una plataforma fenomenal para comenzar a incrementar las exportaciones de las economías regionales, o las pymes. La lista de productos contiene posiciones que hoy no producimos, cosa que habría que rever, y de paso, en la medida que la relación florezca, pedir la incorporación de ciertas posiciones que hoy no están. Igualmente, sería un error pensar que esa iniciativa debiera provenir de mí, sino de las necesidades o ideas de cada ministerio o provincia. Quiero ser para ellos un facilitador.

No es "agente de ventas"... ¿pero tiene "clientes"?

Bueno, yo iré allá, a representar al país, pero no soy Súperman. No voy a lograr solo que se reactive la economía argentina. Para eso están los ministros y los gobernadores. Yo trataré de colaborar con los mandatos de ellos, y he sido: les he pedido que me den trabajo. Pedidos concretos. Y me llevo varios ya de los gobernadores.

¿Hacia dónde deben ir las inversiones estadounidenses?

"Las inversiones" es algo muy amplio. Los administradores de fondos ya saben dónde invertir. Pero la viveza mía estará en comprender qué tipo de inversiones le caben a ellos. Pero también hay otro tipo de inversiones, que vamos a intentar atraer, que son las de compañías que pueden proveer servicios en la Argentina, crear empleo e incorporar know how en el país.

¿Cuál es el rumbo en la controversia por el biodiésel? ¿Se abrirá una causa en la OMC?

No vamos a acudir de momento. Pero nos preservamos el derecho de ir. Descartarlo sería absurdo. No vamos a abandonar la lucha por volver a encontrar algún arancel razonable. Pero hay que metaposicionarse respecto al obstáculo. Son aranceles abusivos, es verdad. Pero es de zonzo pensar que "los Estados Unidos" son una persona, tres o cinco. Es un país complejo, federal, con situaciones no siempre resueltas. Washington no es perfectamente coherente; es generalmente coherente.

¿Cuál es su relación con el Presidente?

Lo conozco poco. Nunca tuve una reunión a solas con él, aunque sí más de 15 veces, en grupo. Él creyó que yo soy la persona correcta para este tipo de trabajo, y yo, la verdad, coincido. Me siento preparado.

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