A TRES AÑOS DE LA MUERTE DEL FISCAL QUE ACUSÓ A CRISTINA POR ENCUBRIMIENTO

Nisman: su denuncia tuvo más avances que la causa que investiga su muerte

Por su presentación, se ordenó la detención de Zannini y Timerman. También de la ex presidenta, que no fue a prisión por sus fueros. Lagomarsino, en la mira por el supuesto crimen

Tres años después, la muerte del fiscal Alberto Nisman sigue representando un misterio sin resolver por la justicia argentina. Pero, a la vez, su última investigación como titular de la Unidad AMIA, derivó en la detención de dos funcionarios clave del kirchnerismo, como Alberto Zannini y Héctor Timerman -liberado por motivos de salud- y, nada menos, en la orden de detención y el pedido de desafuero de la ex presidenta y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner, que tiene que tratar el Congreso de la Nación.

El doble camino de los expedientes que vinculan a Nisman ha tenido vaivenes en el tiempo. La causa que investiga su muerte tuvo un giro abrupto, aunque escasas definiciones. Inicialmente se abogó por la teoría del suicidio, luego se especuló con la posibilidad de que el fiscal fuera inducido a quitarse la vida, y en los últimos meses tomó fuerza la hipótesis de que a Nisman lo mataron en su domicilio de Puerto Madero. El cambio, del fuero ordinario porteño a la justicia federal, fue decisivo. A cargo del juez Julián Ercolini, ahora, se volvió a investigar el rol de Diego Lagomarsino, el asesor informático del fiscal, quien le prestó a Nisman el arma con la que se produjo el disparo que causó su muerte.

Para Ercolini se trató de un "homicidio". Pero aguarda recibir en los próximos meses una serie de informes sobre mails y llamadas telefónicas que permitan descifrar quién o quiénes estuvieron detrás de la muerte del fiscal. La expectativa del juez, y del fiscal Eduardo Taiano, es que se acelere el demorado requerimiento a Estados Unidos para que brinde información sobre dos cuentas de mails de Nisman, de las cuales sólo se recibieron informes parciales.

En paralelo, tomó mucho vuelo en los últimos meses la causa que se originó a raíz de una denuncia que Nisman hizo cuatro días antes de morir, contra la ex presidenta y otros funcionarios por el presunto encubrimiento a Irán en la firma del memorándum que debía investigar a los responsables del atentado a la AMIA, en 1994.

Nisman habló de un "plan criminal" liderado por Cristina, del que también participaron, entre otros, el ex canciller Timerman y el diputado Andrés Larroque. En esos primeros meses, la denuncia pasó por los juzgados de María Romilda Servini de Cubría, Ariel Lijo y Daniel Rafecas, quien decidió archivarla dos veces por "inexistencia de delito". Tras un fallo de Cámara, la causa se reactivó y terminó derivando en el juzgado de Claudio Bonadio, que tenía un expediente paralelo contra Timerman por "traición a la Patria". Fue Bonadio quien el pasado 7 de diciembre decidió detener a Zannini, Timerman, el dirigente social Luis D Elía, el piquetero Fernando Esteche y el referente islámico Jorge Khalil. A Cristina le firmó la orden de detención y el pedido de desafuero.

La DAIA, ayer, solicitó que ese caso se eleve a juicio oral. La propia ex presidenta hace tiempo la definió, en un audio que circuló con Oscar Parrill, como el expediente que más le preocupaba. El tiempo lo demostró.

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