Mercosur: para frenar a Bolsonaro, Macri propone abrir las importaciones

Quiere revisar el Arancel Externo Común antes que el brasileño pida una reconversión del bloque. Insistirá con el TLC con Europa, para el cual el derechista asoma como obstáculo

Mauricio Macri asumirá mañana en Montevideo y por segunda vez en su mandato la presidencia rotativa del Mercosur con la promesa de encarar una reforma integral y amplia en la arquitectura institucional para adaptar el bloque al contexto actual y al nuevo aire que se respirará en Brasil a partir del 1 de enero, cuando tome posesión del palacio del Planalto el líder de derecha Jair Bolsonaro.

Macri se reunirá con su par del Uruguay y anfitrión, Tabaré Vázquez; el jefe de estado paraguayo, Mario Abdo, y el mandatario saliente del Brasil, Michel Temer, a pocos días del traspaso de mando. Allí deberá enunciar los principios que regirán esta nueva presidencia argentina del Mercosur, algunos de ellos en plena colisión con los intereses de Bolsonaro. Otros, como el inicio de una discusión para buscar una "flexibilización" del bloque, sonarán como música a sus oídos. Ayer, por caso, el canciller Jorge Faurie dijo que el Mercosur "tiene que estar adecuado al tiempo que vivimos", lo cual exige "ser flexibles".

En el primer semestre de 2019, el Gobierno pretende dar pasos significativos para concluir las negociaciones en marcha, principalmente, con la Unión Europea (UE), Canadá y la Asociación de Libre Comercio de Europa (EFTA), que integran Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. En un plano secundario, aparecen las conversaciones con Corea y Singapur, una vez descartadas las negociaciones directas con Japón. Y, en paralelo, las conversaciones para llegar a una convergencia con la Alianza del Pacífico, que integran Chile, Colombia, Perú y México.

Sin embargo, el voluntarismo argentino choca de frente con la intención de Bolsonaro de aprovechar su viaje al Foro Económico Mundial de Davos, a fines de enero, para plantear una "revisión" de la unión aduanera antes de culminar las negociaciones con Bruselas. Tras las declaraciones vertidas por el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Ángela Merkel, sobre el "desafío político" que supone la impronta derechista del brasileño, Macri aspira a comprender cabalmente qué pretende Bolsonaro del Mercosur en una reunión privada que mantendrán el 16 de enero en Brasilia, antes del primer viaje internacional del exparacaidista.

En el semestre que viene, el Gobierno también procurará revisar los niveles y la "consistencia" del arancel Arancel Externo Común (AEC), como una instancia intermedia para contentar a la nueva administración brasileña, que pretendería acabar con la unión aduanera.

Creado en 1994, el AEC pretendía llevar a los cuatro países a tener una estructura aduanera uniforme, pero nunca se concretó. En la visión del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, los altos gravámenes encarecen las importaciones de bienes intermedios y de tecnología, aunque también protegen a ciertos sectores de la industria.

Otra pretensión argentina es remover las barreras no arancelarias que traban el comercio intrarregional, y sobre el que bastante se avanzó tras un largo proceso de identificación.

En la arena política, Macri tendrá que profundizar el diálogo con los socios para poder tomar posiciones comunes en la agenda internacional donde Brasil aparece con una voz disonante. La crisis en Venezuela, ante cuyo gobierno la Argentina ha emprendido una serie de reformas.

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